http://www.vientosur.info/spip.php?article12918
Netanyahu recibe una bofetada en la Explanada de las mezquitas
Se dice que el astuto sabe salir de una trampa en la que el sabio no 
habría caído. En esta lógica, Benjamin Netanyahu es quizás astuto, pero 
ciertamente no un sabio. Si hubiera sido inteligente habría escuchado la 
opinión de los jefes de la policía y de los servicios de información y 
se habría abstenido de colocar detectores de metales en las entradas de 
la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.
La Explanada de las Mezquitas es uno de los milagros de Jerusalén: desde 
hace medio siglo el tercer lugar santo del Islam, después de La Meca y 
Medina, está ocupado por el Estado de Israel y, dejando aparte algunos 
incidentes más o menos graves, el statu quo puesto en pie en 1967 
aguanta: el rey de Jordania es reconocido como el guardián de los santos 
lugares de Jerusalén, y el orden es mantenido allí por los Waqf 
musulmanes. Hay horarios claramente definidos para los no musulmanes y 
reglas precisas delimitan donde pueden ir y lo que no tienen derecho a 
hacer (entre otras cosas rezar).
Desde hace varios años se han multiplicado las provocaciones israelíes: 
manifestaciones de grupos de extrema derecha, visitas mediatizadas de 
ciertos ministros, rezos judíos... Pero, puesto en guardia por el rey de 
Jordania, Netanyahu ha sabido poner fin a estas iniciativas, so pena de 
provocar un terremoto en todo el mundo musulmán.
La decisión de colocar detectores de metal ha sido percibida como una 
puesta en cuestión del statu quo, provocando la cólera de las 
autoridades jordanas y la decisión de las autoridades religiosas 
musulmanas de cerrar la explanada a la gran oración del viernes (más de 
100 000 personas participan en ella, a pesar de los obstáculos 
administrativos y los controles israelíes).
Como era de esperar, la población ha reaccionado violentamente a lo que 
percibe como una nueva intromisión israelí en este eminente símbolo de 
su fe, pero también de su identidad nacional (lo que explica la 
participación activa de los palestinos cristianos en las 
manifestaciones) y, durante varios días, Jerusalén ha sido un inmenso 
campo de batalla y de enfrentamientos.
Netanyahu es un aventurero, a menudo irresponsable. Solo tiene miedo de 
una cosa: ser pasado por su derecha por el jefe de la extrema derecha 
religiosa y ministro de educación, Naftali Benett, que aspira a 
reemplazar a Netanyahu a la cabeza de la coalición de extrema derecha. 
Si hubiera retirado los detectores, como sugerían las fuerzas de 
seguridad, habría aparecido como débil frente a Benett y los numerosos 
miembros de su coalición que quieren poner fin a su poder.
Pero Netanyahu tiene una suerte loca: un agente de seguridad israelí 
destinado en Amman y con inmunidad diplomática ha asesinado a un joven 
jordano, creyendo -dice- que éste intentaba atacarle. Entonces se ha 
encontrado un arreglo: el agente de seguridad y la embajadora en Amman 
han sido repatriados a Israel… y los detectores de metales retirados de 
las entradas de la Explanada de las Mezquitas. Israel, además, se ha 
comprometido a investigar el asesinato y, si se da el caso, a juzgar al 
agente de seguridad; Netanyahu ha recibido a éste como a un héroe. Cada 
cual tiene los héroes que se merece…
Netanyahu es un politiquero hábil que ha sabido mantener el poder más 
que David Ben Gurion, padre fundador del Estado de Israel, más que 
Angela Merkel, pero que está lejos de ser un gran dirigente político. No 
tiene ninguna visión, y su inteligencia política se limita a un 
agudizado instinto de supervivencia. A lo que hay que añadir una pasión 
por la moda de lujo y lazos personales y familiares con el mundo del 
dinero, más o menos sucio. Las tres investigaciones abiertas por los 
fiscales sobre los negocios de la familia Netanyahu pueden esta vez 
poner un punto final a un poder que, a fuerza de durar, tiene olores de 
podredumbre que comienzan a molestar seriamente a la clase dirigente. 
Llega un momento en el que ser astuto no basta.
Michel Warchawski. Periodista. Activista israelí antisionista, 
cofundador y presidente del Centro de Información Alternativa de 
Jerusalén. Exlíder de Matzpen, Sección Israelí de la Cuarta 
International.
Traducción: Faustino Eguberri para viento sur
https://m.lecourrier.ch/151762/a_malin_malin_et_demi