El comunicado se puede leer en su forma original aquí:
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Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA  
GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
ENERO DEL 2011.
AL PUEBLO DE MÉXICO:
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del  
Ejército Zapatista de Liberación Nacional manifiesta su pesar por la  
muerte del Obispo Emérito Don Samuel Ruiz García.
En el EZLN militan personas con diferentes credos y sin creencia  
religiosa alguna, pero la estatura humana de este hombre (y la de  
quienes, como él, caminan del lado de los oprimidos, los despojados,  
los reprimidos, los despreciados), llama a nuestra palabra.
Aunque no fueron pocas ni superficiales las diferencias, desacuerdos y  
distancias, hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que  
no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la  
Iglesia Católica.
Don Samuel Ruiz García no sólo destacó en un catolicismo practicado en  
y con los desposeídos, con su equipo también formó toda una generación  
de cristianos comprometidos con esa práctica de la religión católica.  
No sólo se preocupó por la grave situación de miseria y marginación de  
los pueblos originarios de Chiapas, también trabajó, junto con heroico  
equipo de pastoral, por mejorar esas indignas condiciones de vida y  
muerte.
Lo que los gobiernos olvidaron propositivamente para cultivar la  
muerte, se hizo memoria de vida en la diócesis de San Cristóbal de Las  
Casas.
Don Samuel Ruiz García y su equipo no sólo se empeñaron en alcanzar la  
paz con justicia y dignidad para los indígenas de Chiapas, también  
arriesgaron y arriesgan su vida, libertad y bienes en ese camino  
truncado por la soberbia del poder político.
Incluso desde mucho antes de nuestro alzamiento en 1994, la Diócesis  
de San Cristóbal padeció el hostigamiento, los ataques y las calumnias  
del Ejército Federal y de los gobiernos estatales en turno.
Al menos desde Juan Sabines Gutiérrez (recordado por la masacre de  
Wolonchan en 1980) y pasando por el General Absalón Castellanos  
Domínguez, Patrocinio González Garrido, Elmar Setzer M., Eduardo  
Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro (uno de los autores de la  
matanza de Acteal en 1997) y Roberto Albores Guillén (más conocido  
como el croquetas), los gobernadores de Chiapas hostigaron a quienes  
en la diócesis de San Cristóbal se opusieron a sus matanzas y al  
manejo del Estado como si fuera una hacienda porfirista.
Desde 1994, durante su trabajo en la Comisión Nacional de  
Intermediación (CONAI), en compañía de las mujeres y hombres que  
formaron esa instancia de paz, Don Samuel recibió presiones,  
hostigamientos y amenazas, incluyendo atentados contra su vida por  
parte del grupo paramilitar mal llamado Paz y Justicia.
Y siendo presidente de la CONAI Don Samuel sufrió también, en febrero  
de 1995, un amago de encarcelamiento.
Ernesto Zedillo Ponce de León, como parte de una estrategia de  
distracción (tal y como se hace ahora) para ocultar la grave crisis  
económica en la que él y Carlos Salinas de Gortari habían sumido al  
país, reactivó la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas.
Al mismo tiempo que lanzaba una gran ofensiva militar en contra del  
EZLN (misma que fracasó), Zedillo atacó a la Comisión Nacional de  
Intermediación.
Obsesionado con la idea de acabar con Don Samuel, el entonces  
presidente de México, y ahora empleado de trasnacionales, aprovechó la  
alianza que, bajo la tutela de Carlos Salinas de Gortari y Diego  
Fernández de Cevallos, se había forjado entre el PRI y el PAN.
En esas fechas, en una reunión con la cúpula eclesial católica, el  
entonces Procurador General de la República, el panista y fanático del  
espiritismo y la brujería más chambones, Antonio Lozano Gracia,  
blandió frente a Don Samuel Ruiz García un documento con la orden de  
aprehensión en su contra.
Y cuentan que el procurador graduado en Ciencias Ocultas fue  
confrontado por los demás obispos, entre ellos Norberto Rivera,  
quienes salieron en la defensa del titular de la Diócesis de San  
Cristóbal.
La alianza PRI-PAN (a la que luego se unirían en Chiapas el PRD y el  
PT) en contra de la Iglesia Católica progresista no se detuvo ahí.  
Desde los gobiernos federal y estatal se apadrinaron ataques,  
calumnias y atentados en contra de los miembros de la Diócesis.
El Ejército Federal no se quedó atrás. Al mismo tiempo que financiaba,  
entrenaba y pertrechaba a grupos paramilitares, se promovía la especie  
de que la Diócesis sembraba la violencia.
La tesis de entonces (y que hoy es repetida por idiotas de la  
izquierda de escritorio) era que la Diócesis había formado a las bases  
y a los cuadros de dirección del EZLN.
Un botón de la amplia muestra de estos argumentos ridículos se dio  
cuando un general mostraba un libro como prueba de la liga de la  
Diócesis con los transgresores de la ley.
El título del libro incriminatorio es El Evangelio según San Marcos.
Hoy en día esos ataques no han cesado.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas recibe  
continuamente amenazas y hostigamientos.
Además de ser haber sido fundado por Don Samuel Ruiz García y de tener  
una inspiración cristiana, el Frayba tiene como delitos agravantes el  
creer en la Integralidad e Indivisibilidad de los Derechos Humanos, el  
respeto a la diversidad cultural y al derecho a la Libre  
Determinación, la justicia integral como requisito para la paz, y el  
desarrollo de una cultura de diálogo, tolerancia y reconciliación, con  
respeto a la pluralidad cultural y religiosa.
Nada más molesto que esos principios.
Y esta molestia llega hasta el Vaticano, donde se maniobra para partir  
la diócesis de San Cristóbal de Las Casas en dos, de modo de diluir la  
alternativa en, por y con los pobres, en la acomodaticia que lava  
conciencias en dinero. Aprovechando el deceso de Don Samuel, se  
reactiva ese proyecto de control y división.
Porque allá arriba entienden que la opción por los pobres no muere con  
Don Samuel. Vive y actúa en todo ese sector de la Iglesia Católica que  
decidió ser consecuente con lo que se predica.
Mientras tanto, el equipo de pastoral, y especialmente los diáconos,  
ministros y catequistas (indígenas católicos de las comunidades)  
sufren las calumnias, insultos y ataques de los neo-amantes de la  
guerra. El Poder sigue añorando sus días de señorío y ven en el  
trabajo de la Diócesis un obstáculo para reinstaurar su régimen de  
horca y cuchillo.
El grotesco desfile de personajes de la vida política local y nacional  
frente al féretro de Don Samuel no es para honrarlo, sino para  
comprobar, con alivio, que ha muerto; y los medios de comunicación  
locales simulan lamentar lo que en realidad festinan.
Por encima de todos esos ataques y conspiraciones eclesiales, Don  
Samuel Ruiz García y l@s cristian@s como él, tuvieron, tienen y  
tendrán un lugar especial en el moreno corazón de las comunidades  
indígenas zapatistas.
Ahora que está de moda condenar a toda la Iglesia Católica por los  
crímenes, desmanes, comisiones y omisiones de algunos de sus prelados
Ahora que el sector autodenominado progresista se solaza en hacer  
burla y escarnio de la Iglesia Católica toda
Ahora que se alienta el ver en todo sacerdote a un pederasta en  
potencia o en activo
Ahora sería bueno voltear a mirar hacia abajo y encontrar ahí a  
quienes, como antes Don Samuel, desafiaron y desafían al Poder.
Porque est@s cristianos creen firmemente en que la justicia debe  
reinar también en este mundo.
Y así lo viven, y mueren, en pensamiento, palabra y obra.
Porque si bien es cierto que hay Marciales y Onésimos en la Iglesia  
Católica, también hubo y hay Roncos, Ernestos, Samueles, Arturos,  
Raúles, Sergios, Bartolomés, Joeles, Heribertos, Raymundos,  
Salvadores, Santiagos, Diegos, Estelas, Victorias, y miles de  
religios@s y seglares que, estando del lado de la justicia y la  
libertad, están del lado de la vida.
En el EZLN, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes, hoy no  
sólo honramos la memoria de Don Samuel Ruiz García.
También, y sobre todo, saludamos el compromiso consecuente de l@s  
cristian@s y creyentes que en Chiapas, en México y en el Mundo, no  
guardan un silencio cómplice frente a la injusticia, ni permanecen  
inmóviles frente a la guerra.
Se va Don Samuel, pero quedan muchas otras, muchos otros que, en y por  
la fe católica cristiana, luchan por un mundo terrenal más justo, más  
libre, más democrático, es decir, por un mundo mejor.
Salud a ellas y ellos, porque de sus desvelos también se nacerá el mañana.
¡LIBERTAD!
¡JUSTICIA!
¡DEMOCRACIA!
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General  
del EZLN.
Teniente Coronel Insurgente Moisés.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Enero del 2011.