*A propósito del "ser nacional" de la soja en Argentina*
      *¿Dial**é**ctica o trial**é**ctica?*
*Si la brusca e inesperada desaparición de "la era soviética"  nos hizo 
pensar en algún momento inicial que se simplificaba el panorama 
ideológico del mundo contemporáneo, el escaso tiempo transcurrido nos ha 
revelado que de ninguna manera ha sobrevenido una dicotomía política.
Es que, en rigor, el siglo XX vio más a menudo tres actores o más en 
pugna, por lo menos mucho más frecuentemente que lo que los dictados de 
una dialéctica presuntamente científica (más bien cientificista) nos 
autorizaba vislumbrar.
No había cesado la lucha entre el carcomido mundo aristocrático y el 
impetuoso mundo burgués y ya teníamos la lucha entre burgueses y 
proletarios, que de inmediato trasmutara y se reasumiera en el 
socialismo, que en realidad eran los socialismos. Internacionalista 
primero, revolucionario o evolucionista, después. Más tarde el gran 
tronco de la ideología socialista tendría otras ramificaciones, 
nacionalistas.
El socialismo nacional se fue llamando, y haciéndose, cada vez más, 
nazismo o fascismo. Particularmente en el centro planetario, es decir en 
los países no coloniales.
El socialismo internacionalista generó a su vez diversas alas o 
corrientes, en parte dependiendo de su localización planetaria. Una 
principal, soviética, estalinista con centro y eje en la URSS, otra 
sociademócrata, burguesa y conciliadora; Suecia fue su modelo más 
acabado (1932-1976). En España, en la década del '30 tendremos también 
un polo anarquista (que provenía de mucho antes), enfrentado a 
estalinistas y socialemócratas (amén de dividido ese polo, en sí mismo).1*
*Habiendo despreciado las libertades burguesas, el principal experimento 
social considerado socialista -la URSS- terminó por carecer de tales 
libertades, sin obtener, empero, la postulada igualación.
Con el colapso soviético y al menos transitoriamente, con el 
desbarajuste planetario de la opción socialista 2 pareció simplificarse 
el cuadro de opciones políticas y/o ideológicas.
Por un lado, surgieron intelectuales orgánicos del poder mayor que 
auguraron la muerte de la política propiamente dicha puesto que no veían 
opciones a lo único existente; se podría gestionar de un modo u otro 
pero siempre dentro del horizonte de la sociedad dominante, la del 
régimen burgués, industrial o moderno. Globalizado y eurocentrado, o 
como se lo prefiera denominar. Una suerte de heguelianismo redivivo. Que 
incluye en sus movimientos la occidentalización cultural de todo el 
planeta, es decir del "resto del planeta" que no es europeo-occidental.  
Para quienes no aceptábamos este alineamiento (que hizo famoso, a F. 
Fukuyama, con aquello de que se había terminado la historia, que según 
"los clásicos" tendría que ser la prehistoria), quedaba por un lado ese 
mundo actuante, el del imperialismo ahora cada vez más bajo el nombre de 
globalización y por el otro, la resistencia a la expansión de ese 
proyecto-realidad; a menudo, globalifóbicos. Que como su nombre lo 
indica expresaban resistencia, negación a lo existente y a su expansión, 
pero no afirmaban una opción.
Desde los '90, entonces, nos encontramos con alternativas que todavía 
cuesta dilucidar si son reales o espejismos.
Una de las primeras expresiones alternativas  "pos-soviéticas", 
enfrentada a la vigencia absolutizada del mundo-tal-cual-es, fue el Foro 
Social Mundial. Por un momento, a principios del s. XXI, su reunión en 
San Pablo se opuso a la del Foro Económico de Davos, en Suiza, que 
durante décadas se había dedicado a concentrar la élite planetaria y a 
"marcar la agenda" de los poderosos,  los privilegiados del planeta.3 
Rio Grande do Sul,  multilingüe, Davos monolingüe, por ejemplo. Pero 
analistas como Michel Chossudovsky nos dirán que no es sino un 
debordiano 4 espectáculo. Fundamentada observación que no podemos 
desechar; demasiadas fuentes de financiación en común es lo que dicho 
autor ha rastreado.
Lo cierto es que entrados en el siglo XXI, se han vuelto a visualizar 
tres opciones (por lo menos), claramente diferenciadas, al menos en lo 
que tiene que ver con nuestra región, sudamericana. Sigamos aquí a Emir 
Sader, integrante del PT, un politólogo brasileño que tiene mucho 
predicamento en los círculos progresistas y enfrentado a "la derecha".
Sader enumera:
1) el neoconservadurismo, que sigue manteniendo su denominación, viciosa 
y falsa de "neoliberalismo",5 que para el caso de América Lapobre 
estaría sentando sus reales en Colombia, México, Perú, Honduras...
2) un populismo burgués que no rompe con la globocolonización -como con 
acierto ha bautizado Frei Betto lo que economistas llaman ahora 
"globalización"-. Se diferencia del neo-conservadurismo, por sus 
"políticas sociales", es decir de distribución de ingresos hacia las 
capas sociales menos favorecidas (y que son en general las que el 
neoconservadurismo rampante ignora). En América del Sur Sader ubica en 
este sitio a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, 
Argentina, Ecuador y Uruguay, que aun sin ser toda la América del Sur y 
menos todavía el Caribe, apenas presente por Cuba, es de todas maneras 
el grueso poblacional, económico y político de la región. 6 Y finalmente,
3) lo que Sader denomina "ultraizquierda". Con lo cual tácitamente 
atribuye la condición de izquierda al ítem anterior. Algo que mirando la 
estructura económica vigente y la relación con el centro planetario no 
deja de ser novedoso, aunque guiándose exclusivamente por los pergaminos 
sería cierto en casos como Uruguay o Brasil, y más complicado en 
Argentina, por ejemplo. Pero, ¿es que existe, puede existir, una 
izquierda capitalista?
Sader centra, de todos modos, las opciones políticas realmente 
existentes entre: 1) y 2). Lo cual es obvio hasta por las denominaciones 
que utiliza.
La ultraizquierda le parece desechable por su divorcio radical con el 
espíritu, con el "estado de ánimo de las masas".
A mi modo de ver, le falta a Sader, en ese cuadro de situación, la 
dimensión ecológica, que es siempre planetaria. Preguntado expresamente 
por esa ausencia, por si no era acaso una falencia, la negó de raíz, 
como falencia, porque: 'la dimensión ecológica era muy, muy importante 
pero no transversal, no medular.'
Sader destaca, en cambio, que en el cuadro político actual y en la 
disputa entre neoconservadurismo y progresismo falta una dimensión que 
sí considera básica: la laboral, la de clase. Sader afirma que la 
política actual se mueve como si todos, o casi todos, no trabajásemos, 
como si nuestra condición trabajadora fuese soslayable.
Si bien nuestra condición de transformadores no está casi presente, y 
debería estarlo, nuestra condición de residentes, "usuarios" o vecinos 
terráqueos no la pensaba tan medular.
Sader apunta con ello a que la iniciativa ideológica para la 
configuración de los imaginarios sociales la sigue teniendo el 
neoconservadurismo, el capitalismo puro y duro, puesto que la sociedad 
está vista como el mercado y quienes la integran como "consumidores". 
Sader entonces se conforma con legitimar reclamos a favor de "el 
proletariado" que provienen del s. XVIII o XIX.
Nos permitimos considerar que la disyuntiva planteada por Sader es 
francamente insuficiente. Temporalmente atrasada: critica el escamoteo 
del trabajador a manos imaginarias y virtuales del consumidor. Tiene 
razón. Pero así y todo, falta la dimensión ecológica, que consideramos 
inescindible de la perspectiva política: una política sin ecología o con 
una ecología instrumental nos lleva al derrumbamiento planetario.
Con un aditamento igualmente necesario: que la forma de apreciar o 
integrar esa mirada a la situación política pasa por las relaciones 
imperiales, o de centro a periferia, por las condiciones de desarrollo 
del sistema generalizado, "global", que nos rige.
Antes de abordar tales relaciones, veamos, siquiera someramente, rasgos 
dominantes de ese centro planetario, constituido fundamentalmente por 
países enriquecidos, es decir los ajenos al destino colonial (aunque 
tales sociedades no incluyan por cierto a todos sus habitantes).7 En una 
palabra, nos referimos al circuito globocolonizador, fundamentalmente 
matrizado, configurado desde mediados del s. XX, por la élite de poder 
de EE.UU. y cada vez más -desde el 11 de setiembre de 2001- por el 
binomio geopolítico EE.UU.-Israel, cada vez más inseparables, amén de 
las capas "integradas" de los ya mencionados países enriquecidos, más 
los circuitos -mucho más restringidos-, de las élites globalizadas de 
los países empobrecidos.
Tal vez el rasgo más característico, estructuralmente necesario para la 
rentabilidad y verificable en este último medio milenio sea el de la 
tendencia sostenida al aumento de escala para la producción junto con la 
expansión. Se trata de una expansión no lineal sino progresiva, que va 
expandiendo no sólo la producción, los mercados y sus modalidades, sino 
también el ritmo con que se produce la misma expansión.
Enumeremos algunos de tales rasgos:
- unidades productivas, de aprovisionamiento y procesamiento, cada vez 
más grandes y consiguiente consumo creciente de materias primas y recursos,
- inversión de las relaciones entre economía y finanzas y entre ciencia 
y tecnología,
- contrarreforma agraria en marcha, despoblamiento de campos, unidades 
de producción agraria o agropecuaria cada vez más extensas e 
industrializantes (aun cuando no debería confundirse la elaboración de 
ladrillos o botones con la crianza de cerdos o plantas),
- megalopolización urbana y contaminación cada vez más fuera de control,
- deterioro de la calidad de los productos cada vez más masivos, 
compensados por su mayor accesibilidad y recambio más o menos 
permanentemente acelerado; obsolescencia programada.
*
      *Unidades productivas*
*Detengámonos un momento en el primer ítem, focalizando un par de 
ejemplos; pesquería y cría de los animales de mayor consumo.*
*PESCA. La humanidad se ha nutrido desde tiempo inmemorial de peces y 
seres vivos acuáticos. Se estima que el 60% de las proteínas animales 
consumidas por la humanidad ha provenido, históricamente, de la pesca. 
El otro tercio de proteínas animales ha sido provisto por los animales 
de tierra o aire. Aves, cérvidos, liebres, cabras, vacas, cuises, y el 
larguísimo etcétera que va variando de región en región. La pesca se ha 
estado industrializando desde hace siglos. Y "perfeccionando" sus 
técnicas al punto que al día de hoy, con sus redes de arrastre, sus 
bombas de profundidad y tantos otros recursos, los pescadores están en 
condiciones técnicas de vaciar el mar. Cada mar que "visitan".
Sería un éxito deslumbrante si no fuera por el pequeño detalle de que la 
pesquería está logrando así serruchar la rama donde está asentada.
Sus técnicas de arrastre son tan "perfectas" como para no dejar intocado 
los fondos marinos. Que son, precisamente, la base nutricia de 
muchísimos circuitos vitales. Las redes son tan rendidoras que no 
perdonan ni siquiera a los más pequeños peces, puesto que los barcos 
engullen los peces grandes para comida humana y los pequeños como masa 
nutricia para animales criados o cultivados por el hombre, peces en 
estanque incluidos.
Tanta calidad técnica y ceguera natural o crisis del sentido común, ha 
hecho que la pesca haya desaparecido por ejemplo de todo el entorno 
europeo. El Mar Mediterráneo, otrora asiento de apetitosos atunes y 
tantas otras especies que han alimentado milenariamente a las 
poblaciones costeras, es ahora poco más que el sumidero de los desechos 
de los países que lo circundan. El Báltico, por ejemplo, está tan 
contaminado que sus especies marinas han disminuido dramáticamente su 
fecundidad. La reproducción es bajísima y menguante. Por estar 
interconectado no desaparece, como el mal llamado Mar de Aral (el sexto 
lago más grande del planeta, hoy reducido a una charca salobre gracias 
al milagro soviético); permanece, pero cada vez más sin vida.
Desde hace unos años, las dotaciones pesqueras europeas se dedican a 
saquear las costas africanas, como la somalí, donde la impunidad es 
grande por la falta de un estado local en condiciones de defenderse, 
pero también la de otros estados que tienen como dieta básica el 
pescado, como por ejemplo Namibia, que ve raleada su pesca por las 
incursiones de ultramar.
Pero como la "perfección" técnica, el alcance depredatorio en suma, no 
se ha abandonado, sino que, por el contrario, sigue en pie, en auge, 
sacrificando a los pescadores locales robándoles las pescas, por 
ejemplo, mar adentro (con lo cual no llegan los peces a las costas), el 
destino de la pesca planetaria es su desaparición. Y con ella, la 
ingestión principal de proteínas de la humanidad. Ya imaginamos el 
festejo de algunos laboratorios produciendo pastillas de ? 3 u ? 6 "para 
todos"...
Y nos hemos limitado a hablar de los desarrollos técnicos propiamente 
pesqueros. Sin mencionar, por ejemplo, que la plastificación de los 
mares, gracias a la invasión de otra industria -la petroquímica- ha 
significado el crecimiento en progresión geométrica de microorganismos 
adheridos a los restos plásticos que se van depositando de a poco en los 
fondos marinos reteniendo el oxígeno de las aguas superficiales y a la 
vez bloqueando los circuitos bióticos de esos fondos marinos que vimos 
ya tan maltratados...
AVÍCOLA Y SUINA. Veamos ahora un par de casos relativos al primer rasgo 
enumerado, el del agrandamiento sostenido de las unidades de producción, 
en el caso de cerdos y aves.
Como se describe en muchísimos documentos, el tratamiento dispensado a 
animales destinados al consumo humano es de una indiferencia y crueldad 
sin límites. Pero tanta "eficiencia" tiene su rebote; estamos dañando 
nuestra salud.
"[...] que se apliquen verdaderos procedimientos industriales para la 
«fabricación» de animales. Gallinas, vacas, borregos, conejos y todos 
aquellos animales que los estándares occidentalizadores determinen como 
comestibles, son tratados como grabadoras o DVD's, hechos en serie. Las 
granjas se han convertido en verdaderas factorías en las cuales a los 
animales se les maneja igual que a metros de tela destinados a 
confeccionar vestidos. Mediante artificiales procesos hormonales y 
genéticos, se les obliga a sobre-reproducirse, se les alimenta con sus 
propios excrementos y cadáveres «enriquecidos», se les apretuja en 
reducidísimas áreas, se les transporta hacinados, ahogándose con su 
propio calor y sudor, y se les sacrifica bárbaramente [...]." 8 En esas 
condiciones "de vida" la expansión de enfermedades, de pandemias, es 
también veloz y fulminante. Desde hace unos años, nos enmudecen y 
atemorizan con la "gripe aviar", la "influenza porcina" y otras plagas 
"bíblicas".
La referencia al "aprovechamiento de todo" es una curiosa perversión de 
una conducta tan cara a la producción orgánica, de no producir desechos.
En el caso de los establecimientos hiperindustrializados, el afán de no 
desperdiciar nada en un proceso productivo que no se basa en la salud de 
los integrantes ni en pasos depurativos de compostado, ni en 
biodegradación  aeróbica o anaeróbica ni en cadenas alimentarias 
biológicamente reconocidas, sino en el afán de no perder "ni un gramo de 
ingredientes" ha llevado, por ejemplo, a alimentar animales herbívoros 
con restos cárnicos. Tal fue el origen ya archisabido del llamado "mal 
de las vacas locas". Como exponente, dada su gravedad y ramificaciones 
mediatas, alcanza y sobra, pero bueno es saber que se trata apenas de un 
ejemplo entre tantos.
En agosto de 2010, se retiraron en EE.UU. 500 millones de huevos 
infectados o potencialmente infectados con salmonelosis. Todos provenían 
de apenas dos establecimientos pertenecientes, en rigor, a un único 
propietario. 9 DeCoster. Por supuesto, los huevos lucían en las góndolas 
como provenientes de distintos "competidores" en el mercado, porque 
llegaban o iban a llegar al consumidor, como habitualmente, con muy 
diferentes marcas y envases.
Pero la fábrica en cuestión, trabaja en régimen como de zona franca, es 
decir sin leyes ambientales ni laborales, a discrecionalidad contra los 
asalariados y fundamentalmente contra las asalariadas. "En 2002, la 
compañía de DeCoster pagó un millón y medio de dólares para llegar a un 
acuerdo en referencia a una demanda legal presentada por la Comisión 
Federal de Igualdad de Oportunidades Laborales en representación de 
mujeres mexicanas que informaron haber sido sometidas a acoso sexual, 
incluso violación, abusos y represalias por parte de sus supervisores." 
DeCoster es un ejemplo práctico de las observaciones filosóficas de K. 
Marx. Todo se cosifica: los animales, los asalariados, los clientes.
Esta epidemia se frenó. ¿Cuántas nos llegan y luego, en cada hospital, 
cada médico irá diagnosticando una patología, por supuesto 
de-origen-desconocido?
Pensemos en que las unidades de producción de animales de granja eran 
antes por decenas y ahora lo son por miles o millones. Un cambio 
cualitativo en su tratamiento se ha introducido con la gran industria, 
un cambio de escala donde pierde el hombre su cualidad humana y el 
animal la suya animal.
EE.UU. ha mantenido un consumo de cerdo bastante estable en las últimas 
décadas, en todo caso aumentado junto con el propio aumento demográfico 
de población. De unos 50 millones de cerdos carneados anualmente a 
mediados del s. XX ha pasado a unos 65 millones hacia el cambio de siglo.
Pero reparemos en la transformación que tiene que haberse operado en el 
cómo. De tener alrededor de dos millones de establecimientos que 
carneaban unas pocas decenas de cerdos por año cada uno, a tener apenas 
miles de establecimientos que carnean varios miles de cabezas anuales 
cada uno. Esto significa un enorme y brutal cambio en el cuidado y la 
atención de los animales. Industrialización, estandarización y cambios 
sustanciales en la dieta. Lo patógeno  también cambió de naturaleza y 
ritmo: han aparecido plagas, que se han "universalizado": las 
"enfermedades en serie" se reproducen incontenibles.10*
*En el caso de las gallinas y pollos, se crían "paralíticos" para que no 
gasten energía en movimiento, con lo cual además hay que sellarles el 
pico, haciéndolo romo para evitar que se picoteen entre sí en la 
desesperación de sus cubículos, y en el caso de las ponedoras, para que 
no picoteen los huevos que acaban de poner. Los establecimientos 
avícolas "modernos" lidian con millones de ejemplares.
El estiércol resultante de tales "establecimientos fabriles" ya no es 
fácilmente incorporable a la tierra donde serviría de abono 
extraordinario y natural de próximos cultivos. Ahora, las deyecciones de 
millones de aves ya no cumplen papel alguno en los ciclos de rotación y 
fertilización de la tierra. ¡Para eso están los laboratorios! En su 
lugar, van creando lagos de mierda en las proximidades de los 
establecimientos, y los habitantes de las localidades vecinas atestiguan 
que los campos apestan las 24 horas. En el norte de Alemania, la cría 
industrial avícola ha generado tal problema "olfativo" que los 
traficantes de tales carnes han encarado su "solución".
No piense el lector que hay en esto atisbo de autocrítica, 
reconocimiento de las virtudes alimentarias de lo local, por ejemplo. 
No, sencillamente una solución pragmática, volcada a la modernidad. Así 
como cuando tales concentraciones de animales generaban una locura 
generalizada en ellos y aumentaba muchísimo la agresividad, no se le 
ocurrió a ningún criador volver a dimensiones menos monumentales, 
criando animales que gozaran relativamente de su vida, sino 
sencillamente serrucharon los picos de las gallinas, ante el problema 
olfativo, los emprendedores del ramo organizaron tales establecimientos 
con sus millones de animales en pre-matadero en Brasil, en la costa 
noratlántica --para abreviar fletes-- y que los pollos lleguen a 
Alemania ya listos para el consumo, eviscerados, sin plumas y sin tener 
que soportar la población --alemana, claro--, el olor "colateral" de la 
mierda. Carecemos de datos sobre si los establecimientos en Brasil 
tienen vecinos.
Este sistema agroalimentario no es eterno. Tiene, por el contrario, 
escasísimas décadas. Sobreviene con la hipertecnificación de los 
procesos industriales y el "aprovechamiento industrial" de todos "los 
elementos constituyentes".
Así remataba la oenegé GRAIN un informe donde desnudaba el verdadero 
origen de la gripe aviar; el sistema industrial de cría de animales:
"Una interrogante candente es por qué los gobiernos y las agencias 
internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la 
Agricultura y la Alimentación) no hacen nada para investigar cómo las 
granjas industriales y sus productos, tales como estiércol y raciones, 
extienden el virus. Por el contrario, están usando la crisis como una 
oportunidad para profundizar la industrialización del sector. Se 
multiplican las iniciativas para prohibir la producción de pollos al 
aire libre y eliminar a los pequeños productores, y reponer las granjas 
con pollos genéticamente modificados. La red de complicidad con una 
industria involucrada en una sarta de mentiras y encubrimientos parece 
completa.
"Los campesinos están perdiendo sus medios de vida, sus razas de pollos 
nativos y están siendo expulsados del mercado, y algunos expertos dicen 
que estamos al borde de una pandemia humana que podría matar millones de 
personas [...]. "¿Cuándo se darán cuenta los gobiernos que para proteger 
a los pollos y a las personas de la gripe aviar, necesitamos protegerles 
de la industria avícola mundial?"11
Aunque el nudo problemático que plantea el texto de GRAIN es preciso, su 
pregunta es ociosa si pensamos en la FAO. Desde hace ya mucho tiempo 
esta comisión de la ONU, como el PNUD, el PNUMA, la OMS, el PMA, se 
dedican a legitimar el sistema con su modelo productivo de grandes 
consorcios transnacionales, aceptando el paradigma del capitalismo 
monopólico, como si fuera lo único que puede hacer funcionar al mundo, 
como si se tratara de una ley celeste de rotación y traslación de 
planetas y no de capitales; como si eso no revelara, sencillamente, que 
las comisiones técnicas de la ONU pertenecen a los privilegiados del mundo.
*
      *Inversion de relaciones. Financierizacion de la economia*
*Hagamos una única referencia a otro de los rasgos señalados; el de la 
mencionada financierización.
Es absolutamente necesaria una crítica a fondo de los conceptos 
fundantes de los que todavía hoy llamamos "economía"; una trama de 
conceptos de rendimiento, productividad, beneficios, amparada en la 
externalización de costos, valida de proyectos de impacto ambiental 
totalmente adocenados, legitimados por agencias gubernamentales 
estadounidenses, y por lo tanto con una geopolítica nacional, pero que 
fungen como si fueran internacionales, como es el caso del FMI, el BM y 
la USAID (esta última no se declara "internacional", aunque su 
denominación "Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional" 
merecería rebautizarse como "Agencia para el Desarrollo Internacional de 
EE.UU.).
Estos "asesoramientos" avalan de manera falaz el adueñamiento de bienes 
comunes a la humanidad, "abaratados", como bien señala Javier Rodríguez 
Pardo, 12 mediante la denominación de "naturales" y mercantilizables 
mediante el artilugio de considerarlos recursos apropiables.
Pero encima de una construcción ideológica y selectiva de la ciencia 
económica está el hecho radical, avasallante, al parecer irreversible, 
de que la economía se va satelizando cada vez más ante los movimientos 
financieros, verdadero nervio motor de la producción y el intercambio 
actuales.
Lo financiero era en siglos pasados, el apoyo, el complemento de las 
transacciones económicas. Pero hoy "reina" como elemento protagónico. Da 
vergüenza ajena escuchar a políticos exaltar el PNB como referencia de 
progreso o calidad de vida. Y si el político es "de izquierda", da pena, 
además.
*
      *Señorio de la tecnologizacion; servidumbre de la ciencia*
*Así como la economía y las finanzas han invertido sus roles, así ha 
pasado con la ciencia y la técnica: ahora la ciencia está al servicio de 
la técnica, es decir de las corporaciones que promueven (sistemática y 
permanentemente) nuevas técnicas, nuevas configuraciones tecnológicas 
como una forma de dominio cultural, ideológico, político y finalmente 
material. La que se suponía protagonista, dueña de la situación; la 
ciencia, es en realidad su servidora, es decir se desarrolla al "amparo" 
de grandes corporaciones. También fructifica en el ámbito universitario, 
pero ése es el sector menos dinámico. También, finalmente, en las 
cabezas de científicos independientes, pero éstos son los menos.
La disciplina que tenía el rol accesorio, se ha convertido en el eje de 
las activida-des tecnocientíficas, en el motor del "sistema económico". 
La tecnología está cada vez más configurada en enormes consorcios 
civiles (casi siempre comerciales) o militares.
Volvamos, a la cuestión de las dimensiones de las unidades productivas. 
Un corolario de la tendencia al aumento de escala productiva es la 
consiguiente tendencia al catastrofismo cada vez más propicio, inherente 
a la intensidad y concentración del capital. De lo cual la rotura en la 
perforación de BP en el Golfo de México es buen ejemplo. Junto con ello, 
ciertamente se acrecientan los medios tecnológicos para enfrentarlos. El 
rescate de los 33 mineros en Copiapó, Chile, sirve claramente de 
ilustración de ambos aspectos. Es cierto que gracias a nuevos vehículos 
y dispositivos de penetración del suelo y la roca, los mineros pueden 
sufrir un accidente y quedar aislados a más de 700 metros de 
profundidad. Pero también es cierto que no bien detectados vivos, en muy 
poco tiempo, en 24 horas se pudo trazar y enviar una sonda, y en unos 
dos meses se los pudo rescatar mediante la ya famosa  cápsula que 
transitó por el túnel vertical taladrado con enorme precisión. La sonda 
permitió la sobrevida, haciéndola incluso llevadera, en esos dos meses. 
Y lo demás, ya lo vimos todos.
Los desarrollos tecnocientíficos permiten "proezas" cada vez mayores, 
tanto en los avances como en su remediación cuando se hace necesaria. El 
ser humano es cada vez más capaz de:
- pulverizar montañas para llevar adelante la llamada megaminería,
- perforar napas geológicas,
- explotar petróleo submarino,
- establecer plantíos transgénicos en una escala sin precedentes,
- hacer fumigación aérea de enormes extensiones,
- efectuar desmontes masivos de millones de ha (algo que habría llevado 
antes décadas y que ahora se hace en una estación),
- expansión planetaria del automovilismo con la consiguiente 
contaminación atmosférica. Planes y diseños para vehículos no 
contaminantes, no movidos sobre la base de combustibles fósiles, por 
diversas razones -comerciales o ecológicas- no han prosperado,
- elaborar energía nuclear, con su problemática irradiación, tanto en la 
extracción como en su deposición "final".
Señalemos siquiera someramente el ejemplo del automovilismo. Se han 
desarro-llado vehículos cada vez más rápidos; andar a más de 200 km. por 
hora, con los consi-guientes riesgos, pero también con el recurso del 
air-bag y la ventaja de "acercar" las distancias, aunque sólo en las 
cuidadísimas rutas del Primer Mundo. Las automotrices también han 
ampliado su escala y el toyotismo se convirtió en el nuevo escaño 
tecnológico "superando" el fordismo de la primera oleada automatizadora.
El toyotismo se precia del just-in-time, es decir del ahorro que 
significa la elimi-nación de los depósitos y sus consiguientes 
existencias de mercadería a la espera, pero sobre todo de la eliminación 
de mano de obra mediante nuevos peldaños de automación.
Ya metidos como usuarios en la gran escala ahora imperante en la 
industria automotriz (como en prácticamente ocurre en más y más ramas de 
actividad), los resultados no han sido tan exultantes. Toyota, 
precisamente, afronta resultados llamativos: en lo que va de 2010 lleva 
llamado a revisión a unos diez millones de vehículos producidos y 
salidos al mercado entre 2007 y 2010. No se trata de cifras 
despreciables; aproximadamente un tercio de toda su producción. Un 
millón y medio de tales controles proviene de que el sistema de limpieza 
de parabrisas puede ocasionar incendio. Medio millón han sido llamados a 
control por imperfecciones en el sistema de frenos, nada menos. Y así 
por el estilo.
Los coches que "salen solos" de las fábricas no parecen tan 
tecnológicamente perfectos como nos quieren hacer creer. Pero el 
problema no se arregla a pura previsión aunque tardía. En el ínterin, 
con tales imperfecciones, en EE.UU., donde opera la mayor fábrica de 
automotores del mundo -Toyota, precisamente-, se cuentan por decenas las 
demandas por muertes en accidentes vinculables con errores o fallas en 
la construcción, o tal vez tengamos que decir cada vez más, en la 
configuración del vehículo. Y miles de demandas por diversos accidentes 
vinculados con lo mismo. Una danza de miles de millones, pero sobre todo 
una danza de vidas humanas destruidas o afectadas. 13*
      *Contrarreforma agraria en marcha en Argentina*
*Es en el concierto mundial descrito en que las economías nacionales 
están metidas. La Argentina figura entre los "aventajados" integrantes 
de la globalización si lo medimos por el ingreso de dólares al circuito 
económico que llamamos argentino. Al privado y al público. Pero su costo 
parece ser altísimo. Como bien lo explicita la Asociación Ecologista 
Piuké: "Nos animamos a sumar tres grandes venenos más al señalado por 
nuestra presidenta [CFK se refería al veneno comunicacional proveniente 
de ciertos medios]: cianuro, glifosato y uranio. Los tres constituyen 
hoy los botones de muestra (y sólo los botones) de un sistema de 
desarrollo que nos destruye, saquea y enferma [...]."
Si bien las estadísticas nacionales son todo menos confiables, el vuelo 
económico de los que se reputan winners del momento, como pueden ser 
sojeros -y toda una gama de ramas de actividad florecientes: turismo, 
computación, bienes inmuebles, la tierra asiento de los agronegocios, la 
industria automotriz, laboratorios proveedores de las nuevas modalidades 
productivas, las ciudades pequeñas y medianas del "país de la soja"- nos 
muestran un país con enorme cantidad de circulante. Desde la presidencia 
se nos habla de una cantidad de reservas pocas veces vista. 14 No 
obstante lo anterior, es inocultable la mala vida en sectores amplísimos 
de población, el proceso de exclusión parece imparable, se ve el 
deterioro del ambiente. Todo esto, invaluable en dólares.
El agronegocio, cada vez a mayor escala, sigue expulsando y acorralando 
a campesinos pequeños, con o sin tierras, excluyendo "brazos" de su 
sofisticada producción (aunque incorporando otros, menos, 
tecnologizados). Los cordones de miseria no sólo no desaparecen sino que 
parecen extenderse y todo esto en dimensiones cada vez menos 
"nacionales" porque el emporio sojero con asiento en Argentina se ha ido 
expandiendo, sobre todo hacia Uruguay, pero también hacia Bolivia o 
Paraguay y por lo tanto, los expulsados provienen también cada vez más 
de allende la frontera: buscan mitigar la exclusión mediante tareas 
marginales en las ciudades y entre ellas, en la megalópolis regional, 
Buenos Aires.
*
      *Megalopolización*
*Señalemos un único elemento vinculado con la problemática de la 
megalopolización. En Argentina, tanto los economistas  de la Coalición 
Cívica como los del gobierno consideran buen augurio la producción 
incontenible de ceros km. En una sociedad colonializada ese sólo dato 
satisface a los que gobiernan (o aspiran a hacerlo), con total 
prescindencia de una observación más estructural, de un pensamiento más 
matizado, que tenga en cuenta, por ejemplo, que la elasticidad del 
parque automotor no se corresponde con la de su base de desplazamiento 
material, las calles, bastante más inelásticas.
Ese divorcio nos puede llevar no a una mejor calidad de vida, como 
postulan los enamorados del automovilismo o de las estadísticas del PNB 
sino a una peor calidad de vida urbana, cotidiana, a bordo en las rutas 
y avenidas atascadas. Lo señalamos a título de ejemplo de cómo no 
calibrar "los avances".
Los modernizadores están de acuerdo. Con ropaje neocon o con ropaje 
progresista, con filosofía liberal y capitalista o convicciones 
progresistas, socialistas y marxianas, la globalización sigue su marcha. 
Triunfal y catastrófica. A la vez.
Y vale la pena considerar una conexión típicamente ecológica: la 
megalopolización proviene del despoblamiento rural que provoca el 
monocultivo y su rentabilidad.
*
      *Perspectivas*
*Varios de los desarrollos que acabamos de enumerar afectan de manera 
creciente y progresiva la biodiversidad, planetariamente. Es decir, que 
estamos jugando con fuego.
Cada vez más "capacidad" para modificar el hábitat resulta en cambio 
incapaz de, a su vez, no destruirlo. ¿Podemos los humanos, vivir, 
sobrevivir sin hábitat natural? Parece una pregunta tonta, y sin 
embargo, hay quienes están proyectando cómo hacerlo.
Somos fáusticos, concedido. ¿Somos más diestros o más energúmenos que 
Fausto?
Ése es el reto para la humanidad. Reto que se ha ido formando desde hace 
ya tiempo, y que las sociedades concretas se han negado a asumir.
Porque avanza nuestro conocimiento para mejor entender la naturaleza y a 
nosotros mismos. Avanza la medicina, la biología. Avanza la vida activa 
de los humanos, alcanzando cada vez más gente más tiempo de vida. Y de 
una vida que merezca su nombre. Avanza la ingeniería, la cibernética, 
todas las disciplinas del conocimiento humano, avanza nuestra 
comprensión del universo, de lo giga y lo nano, y de nuestro papel en 
todos esos universos. Pero a la vez avanza nuestra torpeza, nuestra 
huella cada vez más hiriente en el planeta.
Nuestro inolvidable maestro Mario Sambarino nos recordaba un pensamiento 
de Blas Pascal en los albores de la modernidad, enfrentando a las nuevas 
deidades, que consideramos sumamente actual: "El hombre está hecho mitad 
dios y mitad bestia, y cada vez que quiere convertirse totalmente en 
dios, se convierte totalmente en bestia."
La biodversidad irreversiblemente dañada por el hombre, el disparo al 
ambiente de una serie de patógenos, disruptores endócrinos, 
cancerígenos, mutágenos que están poniendo en peligro la salud, la 
sexualidad ya no de los humanos sino de los seres vivos, la 
contaminación electromagnética  cada vez más fuera de control, y tantas 
otras formas de contaminación cada vez más ingobernables y también ellas 
irreversibles, la capacidad de los laboratorios con sus cómplices y 
asistentes para medicalizar cada vez más la vida, la "capacidad" 
creciente de los humanos para producir desechos y basura y no poder dar 
cuenta de ellos, son todos rasgos que entendemos peligrosísimos y ominosos.
Sin pretender agotar ese panorama apenas insinuado por la A. E. Piuké 
con los tres tóxicos mencionados, entendemos que Argentina no ha hecho 
hasta ahora sino aceptar gozosamente su papel de colonizado, mejor dicho 
colonializado.
Porque ya no somos colonia con bandera metropolitana; la nueva modalidad 
imperial se cuida muy de que cada territorio bajo la colonialidad 
conserve un símil de nacionalidad y estatalidad "igual" a la de las 
naciones reconocidas. Por eso han florecido tantos estados 
"independientes" en el mundo actual (la ONU tiene ya más de 200). Y 
celosamente, cada uno con su bandera, faltaba más.
Ardua dialéctica, ahora sí, tenemos entre centro y periferia, y la 
tenemos que afrontar. No es en blanco y negro, no es fácil. El centro 
tiene sus excluidos; la periferia sus privilegiados. Y no sólo eso; los 
mismos privilegiados del Primer Mundo también tienen mucho para lidiar, 
para retener sus privilegios. Y los excluidos de la periferia también 
tienen una serie de peldaños, para mejorar a veces un átimo, o para 
empeorar hasta llegar al despeñadero de los basurales metropolitanos.
Porque la globalización que hemos llamado globocolonización le ha dado 
4x4 a los sojeros, pero a enormes sectores de población le ha dado los 
basurales a cielo abierto o "bajo control", a donde ha ido a parar la 
riqueza deslumbrante de la modernidad, del mundo rico, rápidamente 
degradada en forma de envases, carcazas y bolsas plásticas gastadas y 
desechadas (desechadas pero no deshechas, porque no son biodegradables).
Sustraerse a la globocolonización es arduo y problemático. Porque se 
trata de romper con el consumismo que se ha ido convirtiendo, por 
martilleo mediático pero también por autoseducción, en una segunda 
naturaleza. Consumir "refrescos", o agua en botellitas plásticas, que 
"es lo más", tapas de mujeres desnudas, viajes, modelos 0 km de autos o 
celulares, comidas rápidas -grasas y dulces, tan tentadoras-, consumir 
medicamentos para todo tipo de enfermedad real o imaginaria pero de 
fácil aplicación. Todas expresiones de cómo hemos sido formados en la 
cultura dominante.
El esfuerzo para sustraerse a semejante imaginario, el necesario para 
afirmar una soberanía regional, cultural, alimentaria, mediante una 
política de respeto a la naturaleza, implica una política anticonsumista 
que no puede ser sino anticapitalista. Y tal tendría un altísimo precio: 
ser hostigados por los grandes poderes mundiales y menguar la 
circula-ción de dólares. Y con ello, perdernos no sólo los gadgets de 
los grandes emporios mun-diales; nos granjearíamos la furia 
(¿desbocada?) de quienes "la están haciendo con pala".
Cambiar culturalmente; eso no es fácil.
Pero no veo otras opciones: seguir en la noria "global", el culto al 
dólar y a las modalidades depredadoras del gran capital nacional y 
transnacional o resistir y ya no aceptar que la comodidad es el valor 
supremo, para encarar un proyecto de país, de sociedad, que realmente 
nos respete a todos.
Si el lavado cerebral de la tinelización sigue ocupando el tiempo de los 
argentinos, si se completa con la tele adocenada de Legrand o Jiménez; 
si los laboratorios siguen vendiendo lo que quieren o necesitan para su 
rentabilidad en nombre de la ciencia, la higiene, la seguridad o "el 
buen olor hogareño", si seguimos creyendo que se puede "ir en auto al 
centro", que nos podemos desentender de la indigencia de los que 
consideramos ajenos así como de nuestros propios desechos cotidianos, 
que la salud se defiende con medicamentos y no con nuestra forma de 
vivir, estamos lejos de un proyecto de país que consideramos deseable.
No aparecerán tales proyectos desde las opciones expuestas por Sader, 
sino precisamente desde el lugar que él subalternizara: la salud 
planetaria.
No vendrán con los políticos neocon, obviamente, pero tampoco con los 
progresistas. Si aparecen en nuestro horizonte será por esfuerzos desde 
abajo, desde adentro de nosotros mismos, desde la intemperie.
Luis E. Sabini Fernández *
_notas:_*
* Periodista, editor de futuros del planeta, la sociedad y cada uno, 
docente del área de ecología de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de 
la Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
1) En España, en 1936 todas las tendencias socialistas 
internacionalistas, junto a burgueses republicanos y algunas otras 
variantes como los católicos vascos, procuraron enfrentar a "la otra 
España", la de la Falange, inquisitorial, colonialista, que contó 
precisamente con la preciosa ayuda de los socialismos nacionalistas, de 
dictadores asumidos como tales, de Hitler y Mussolini. Pero ni siquiera 
la sublevación fascista logró  consolidar dos bandos: las luchas entre 
comunistas y anarquistas, por ejemplo, fueron tan cruentas como las 
habidas entre republicanos y franquistas. La guerra civil española 
expresó desgarradora y trágicamente la puja entre por los menos tres 
actores...
2) Que queden algunas formaciones sociales que lo postulen y hasta lo 
practiquen, como Corea del Norte, Cuba e incluso otras lo anhelen y lo 
visualicen como meta, como es el caso de la Venezuela bolivariana o 
chavista, con su "socialismo del s. XXI", no alcanzaría para tipificar 
al socialismo actuante como la opción al capitalismo vigente, al régimen 
dominante. Al menos no en los términos de "certeza histórica" o fe 
política con que se lo blandía décadas atrás.
3) No es por cierto la única caja de resonancia de tales privilegiados; 
también tenemos al grupo Bilderberg, a los think-tanks de la Casa Blanca 
y probablemente a alguna otra entidad de la que no conocemos ni su nombre.
4) Guy Débord, autor de La sociedad del Espectáculo 
<
http://serbal.pntic.mec.es/%7Ecmunoz11/Societe.pdf>, una suerte de 
manifiesto de la Internacional Situacionista, que expresó en los '60 el 
estado del mundo contemporáneo.
5) Como aclaraba nuestro querido colega fallecido, Rodolfo Bledel: el 
único neoliberalismo digno de ese nom-bre es el patrocinado por John M. 
Keynes que revisó las tesis básicas del liberalismo y reconsideró el 
papel del estado que sobrepasó entonces su rol de "juez y gendarme". El 
reflotamiento de los Chicago Boys y otros liberales, algunos contumaces 
como Friedrich von Hayek, no hace sino retornar al liberalismo 
primigenio, con lo cual más que hablar de neoliberalismo, habría que 
hablar de un retorno a "las fuentes": paleoliberalismo.
6) No sabemos siquiera si esa enumeración, hecha en una presentación en 
la Facultad de Filosofía y Letras, 7/9/2010, excluye o apenas no enumeró 
expresamente otros gobiernos enfrentados al neoconservadurismo, como el 
paraguayo o el nicaragüense actuales.
7) Cuando nos referimos a países, sociedades o estados "ajenos al 
destino colonial", acotamos en el tiempo histórico estos rasgos a los 
países de la modernidad, a los últimos 500 años, obviamente. E incluimos 
aquellos estados que habiendo tenido un origen colonial se han 
incorporado al área de los países enriquecidos (o centrales), como es el 
caso de los formados desde los asentamientos (settlements) anglosajones.
8) Adán Salgado Andrade, "Fábricas de animales: enfermedades en serie", 
www.argenpress.info <
http://www.argenpress.info/>, agosto 2010.
9) Amy Goodman, "Huevos podridos y nuestra democracia rota", Democracy 
Now <
http://www.democracynow.org/es>, agosto 2010.
10) Alfredo Embid, "Lo que no te cuentan sobre la gripe porcina", 
www.amcmh.org/PagAMC/downloads/gripecerdo2.htm 
<
http://www.amcmh.org/PagAMC/downloads/gripecerdo2.htm>
11) 
www.grain.org/nfg/?id=382 <
http://www.grain.org/nfg/?id=382>, marzo 
2006.
12) "¿Por qué bienes comunes?", futuros, nº 13, Río de la Plata, verano 
2009-2010.
13) 
www.taringa.net/posts/autos-motos/7491082/top-7-de-las-marcas-mas-buenas-del-mundo.html 
<
http://www.taringa.net/posts/autos-motos/7491082/top-7-de-las-marcas-mas-buenas-del-mundo.html>; 
Luis Faraoni, "Un récord de autos con fallas...", Tiempo Argentino, Bs. 
As., 24/10/2010.
14) Claro que habría ponderar tales entusiasmos relativizando la unidad 
de medida, pues aunque "siempre", al menos desde la Segunda Guerra 
Mundial, hablamos de dólares, los dólares del 2010 valen menos de la 
doceava parte de lo que valían los dólares de 1950. La inflación también 
"come" al dólar.
http://revistafuturos.com.ar
articulo en PDF 
<
http://argentina.indymedia.org/uploads/2010/11/mercado_mundial_vs._soberan_a_nacional.pdf>