*¿Qué hay de tan seductor en estos mundos listos para usar creados por 
el capital? ¿Qué es lo que los diferencia de los mundos concretos, 
actuales?*
La respuesta a esta pregunta salta a la vista si podemos penetrar el 
velo espesamente tejido de imágenes que empañan el ejercicio objetivante 
de nuestra sensibilidad visual y ofuscan su ejercicio vibrátil. Podemos 
entonces ver que lo que seduce en estos mundos en es la imagen de 
autoconfianza, prestigio y poder de los personajes que los habitan, como 
si ellos hubiesen resuelto la paradoja incorporándose para siempre a los 
salones de los supuestamente "garantizados" [1]. En otras palabras, lo 
que seduce de los mundos-imagen creados por el capital es, básicamente, 
la ilusión que transmiten de que existen mundos cuyos habitantes nunca 
experimentan fragilidad y sentimientos de vértigo, o que por lo menos 
tienen el poder de evitarlos o controlar la inquietud que provocan, 
viviendo una especie de existencia hedonista, llana y sin turbulencia, 
eternamente estable. Esta ilusión alberga la promesa de que esa vida 
existe, que el acceso a ella es posible, y aún más, que sólo depende de 
la incorporación de los mundos creados por el capital. Una relación 
perversa se establece entre la subjetividad del receptor/consumidor y 
estos personajes-imagen.
El glamour de esta gente privilegiada y el hecho de que como seres 
mediáticos son inaccesibles por su propia naturaleza, es interpretado 
por el receptor como una señal de su superioridad. Como en cualquier 
relación perversa en la que la persona seducida idealiza la arrogante 
indiferencia de la persona que seduce --en lugar de verla como signo de 
su miseria narcisista y su incapacidad de ser afectada por el otro---, 
el receptor/consumidor de estos personajes se siente descalificado y 
excluido del mundo de ellos. Identificado con este ser-de-imagen y 
tomándolo como modelo con la esperanza de que un día llegará a ser digno 
de pertenecer a su mundo, el consumidor comienza a desear parecérsele, 
poniéndose en una posición de sumisión y perpetua demanda de 
reconocimiento. Como ese deseo queda insatisfecho, por definición, la 
esperanza es de corta vida. El sentimiento de exclusión siempre retorna, 
y la subjetividad, para librarse de este sentimiento, se somete aun más, 
movilizando continuamente sus fuerzas a un grado más alto, en una 
carrera vertiginosa para encontrar mundos listos-para-usar para 
incorporarlos y concretarlos.
Esta promesa mentirosa constituye el mito fundamental del capitalismo 
mundial integrado [2]: la fuerza impulsora de su política de 
subjetivación, la diferencia que introduce en la experiencia 
contemporánea de desterritorialización. La ilusión que mantuvo la 
estructura del sujeto moderno adquiere aquí una nueva fórmula. Es 
transvaluado y alcanza la cima de su credibilidad en la religión del 
capitalismo cultural. Una religión monoteísta cuyo escenario es 
básicamente el mismo de todas las religiones de esta tradición: existe 
un Dios todopoderoso que promete el paraíso, con la diferencia de que el 
capital está en la función de Dios y el paraíso que promete está en esta 
vida y no más allá de ella. Los seres glamorosos de los mundos de la 
propaganda y del entretenimiento cultural de masas, con su garantido 
glamour, son los santos de un panteón comercial: "superestrellas" que 
brillan en el cielo-imagen por encima de las cabezas de cada uno, 
anunciando la posibilidad de unirse a ellos [3].
La creencia en la promesa religiosa de un paraíso capitalista es lo que 
sostiene la instrumentalización exitosa de los poderes subjetivos. El 
sentimiento de humillación que produce esta creencia y la esperanza de 
algún día alcanzar esa meta y escapar de la exclusión moviliza el deseo 
de realizar los mundos listos-para-usar ofrecidos en el mercado. Por 
medio de esta dinámica, la subjetividad se torna el productor activo de 
estos mundos: una servidumbre voluntaria que no es alcanzada por 
represión u obediencia a un código moral, como en las religiones 
monoteístas tradicionales, en las que el acceso al paraíso depende de la 
virtud. Aquí el código no existe; al contrario, cuanto más original es 
el mundo que la corporación transmite, tanto mayor es su poder para 
competir, entendiendo la originalidad en este contexto como un mero 
artificio de imagen que diferencia un mundo de todo el resto. Lo que 
seduce es esta diferencia, pues su incorporación haría del consumidor un 
ser distinto y por encima de todos los otros, lo cual es esencial en 
esta política de relación con el otro porque alimenta la ilusión de 
estar más cerca del panteón imaginario.
En este contexto la vida pública es reemplazada por un reality show 
global orquestado por el capitalismo cultural-informacional que se ha 
apoderado de todo el planeta. Una especie de pantalla de dimensiones 
mundiales, donde la gente disputa con uñas y dientes un papel de 
figurante, un lugar fugaz e imaginario que debe ser objeto permanente de 
inversiones y ser incesantemente administrado y garantizado contra todo 
y contra todos.
*_notas:_*
1) Me refiero aquí a la noción propuesta por varias tendencias dentro 
del operaísmo laAutonomíia Operaria, en la Italia de los años 70setenta, 
según como esretomada y reelaborada por Felix Guattari. Véase Félis 
Guattari, F. y Suely Rolnikk, S., Micropolítica: cartografias do desejo, 
Petrópolis, Vozes, 1985, pp. 187-190 (aparecerápróximamente en inglés 
como Schizo-analysis in Brazil, Nueva York, Semiotext, MIT, 2006 
Micropolítica: cartografía del deseo, versión castellana en Traficantes 
de Sueños, Madrid, 2006, y Tinta Limón, Buenos Aires, 2006).
2) "Capitalismo mundial integrado"" (CMI) es una expresión acuñada por 
Felix Guattari ya al final de los años 60sesenta como alternativa al 
término "globalización", que él consideraba demasiado genéricoa y que se 
presta a ocultar el sentido fundamentalmente económico y específicamente 
capitalista y neoliberal del fenómeno de trasnacionalización que comenzó 
a instalarse en aquella época. Véase Plan sobre el planeta. Capitalismo 
mundial integrado y revoluciones moleculares, Traficantes de Sueños, 
Madrid, 2004..
3) Véase Cf.Brian Holmes,"Reverse Imagineering: Toward the New Urban 
Struggles. Or: Why smash the state when your neighborhood theme park is 
so much closer?" (
www.creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/ 
<
http://creativecommons.org/licenses/by-nd-nc/1.0/>) y ; véase también: 
"Warhol in the Rising Sun: Art, Subcultures and Semiotic Production,"
*Fragmento de 'Antropofagia zombie' de Suely Rolnik 
*
www.brumaria.net/textos/Brumaria7/14suelyrolnik.htm 
<
http://www.brumaria.net/textos/Brumaria7/14suelyrolnik.htm>