[Pensamientoautonomo] Por fin un presidente "negro"...

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Author: Norberto Farías
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To: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos
Subject: [Pensamientoautonomo] Por fin un presidente "negro"...





      BLACK PRESIDENT
      (CON FUNCIONES REDUCIDAS)

      La hora del lobby judío "liberal": Obama arma su equipo con Bill Clinton como "gurú" 

      Fueron los arquitectos del lobby sionista "bancario" de la administración de Bill Clinton en la década del 90. Los impulsores del nuevo modelo de expoliación capitalista con el "libre mercado", la "apertura económica" y la "privatización" de las empresas y de los Estados nacionales Latinoamericanos –Consenso de Washington-. Pulverizaron con misiles a la ex Yugoslavia, lanzaron la carnicería de Kosovo  y masacraron a Irak con bombardeos "preventivos" en la década del 90. Hoy  están listos para volver de la mano del "progresismo" triunfante de Obama y con Bill Clinton como gurú de cabecera.

      Su gestión marcó la era de la "burbuja financiera" (como sistema de depredación complementario) que terminó  estallando en las manos de la administración de George W Bush, heredera de los cadáveres que dejó el colapso del "modelo financiero" iniciado por el lobby judío liberal de la era Clinton.
      Las transnacionales y los bancos, con el modelo de "trasnacionalización financiera" impuesto por la Casa Blanca con Clinton a escala global, fueron liberados de impuestos y de legislaciones restrictivas en los países dependientes de la periferia. El lobby sionista "clintoniano" inició un festival histórico, una orgía monumental, de la industria financiera del dinero por el dinero mismo, la "economía de papel" que marcó  el ciclo de mayor saqueo histórico planetario del sistema capitalista.   
      Pero el lobby de Clinton no se quedó ahí: Su administración  en alianza con la OTAN (brazo armado de su vieja socia, la UE) pulverizó con misiles a la ex Yugoslavia (hoy Serbia), preparó y financió la carnicería de Kosovo en Los Balcanes, avanzó en la toma de mercados y en el diseño y ejecución de las conspiraciones golpistas sangrientas en los ex enclaves soviéticos en Europa del Este, e inició las masacres aéreas "preventivas" en Irak  que prepararon la invasión de marzo de 2003.
      La administración de Clinton (quien se abrazó con Obama luego de que su mujer dejara de ser alternativa para el lobby) invadió países y asesinó a tanta o más gente que Bush, y sin embargo la prensa imperialista lo presenta hoy como un inofensivo play boy, o como un moderno cruzado (algo cholulo)  de la democracia americana ocupado en escribir libros para chicos, dictar conferencias  o presentar sus memorias con un éxito editorial millonario.
      Según James Petras, " Bajo el presidente Clinton, el imperio estadounidense se expandió mucho más allá de las fronteras de cualquier otro presidente desde Harry Truman. Desde los países bálticos a los Balcanes, siguiendo hacia la parte meridional de lo que antes era la URSS, EEUU ha establecido una cantidad de estados clientes, que son o nuevos miembros de la OTAN o "Asociados por la Paz" (clientes en espera)". 
      Esta es la carta de presentación y la filosofía "histórico-funcional" del lobby (conducido por el marido de Hillary, la candidata perdedora en la interna demócrata) que hoy ya se posiciona al lado del "progresista" presidente electo de EEUU, Barack Obama.
      Hoy los relojes de la Casa Blanca marcan una alternancia: Se va el lobby sionista "conservador" (la "derecha" del Imperio), y retorna el lobby sionista "liberal" (la "izquierda" del Imperio). Se va la "derecha militarista" y regresa la "izquierda" (liberal) política-económica imperial. Ambas fichan en Wall Street, la Reserva Federal y el complejo militar industrial. Ambas invaden países, conquistan mercados y someten gobiernos con dinero y corrupción. Ambas imponen la "democracia planetaria" a punta de pistola. Ambas son el Imperio, pero lucen discursos diferentes. Se van los "petroleros" y retornan los "bancarios". Se va Bush, y llega Obama, un "blanquinegro" que vive junto a la aristocracia sionista financiera en una mansión de Manhattan.
      Según informa este miércoles el influyente diario financiero del Imperio, The Wall Street Journal, el presidente electo Barack Obama ofreció el puesto clave de jefe de gabinete de la Casa Blanca al representante de Illinois Rahm Emanuel, el primer paso en la construcción de un equipo que podría conformarse en los próximos días.
      De origen israelí, Emanuel obtuvo la nacionalidad estadounidense a los 18 años. A los 32, se enroló como voluntario en la Operación Tormenta del Desierto (1991) y fue miembro del dispositivo desplegado para garantizar la defensa de Israel en caso de ataque iraquí contra ése país. Figura como miembro del Washington Institute for Near East Policy (WINEP), creado en 1985 bajo la responsabilidad del que hasta entonces había sido el director del AIPAC,(Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí) Martin Indyk, y que desempeñó, durante la administración Clinton el mismo rol de "think tank" del lobby neoconservador que hoy desempeña el Instituto Judío para Asuntos de la Seguridad Nacional (JINSA) en el gobierno de los halcones de Bush.
      Ambas son una rama de AIPAC, la organización de presión sionista más poderosa de EEUU y de todo el planeta capitalista.
      Y como dato relevante indicador de la función complementaria de ambos lobbys judíos (el de derecha con los republicanos, y el de izquierda con los demócratas) baste mencionar que el director fundador de WINEP,  Martin Indyk, había sido antes director de investigación del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC). 
      De concretarse la designación de  Emanuel en el estratégico puesto de jefe de gabinete, se materializaría la influencia hegemónica de Clinton en el nuevo gabinete. Un caminó que comenzó cuando se abrazó con Obama durante la campaña electoral.
      Emanuel, además de ex funcionario de Clinton,  es actual congresista por Illinois, fue el "cerebro" detrás de la candidatura de Hillary y es el vínculo activo con las organizaciones sionistas que alimentan las arcas de los demócratas. Su presencia como jefe de gabinete de la Casa Blanca implicaría dos situaciones: A) El lobby liberal controlará en forma directa todos los movimientos de Obama, B) Bill Clinton influenciará el centro hegemónico de las decisiones en la Casa Blanca.

      Los directores de finanzas de la campaña demócrata en las elecciones parlamentarias de noviembre pasado, el congresista israeloestadounidense Rahm Emmanuel y el defensor del "Primero Israel", el senador Charles Schumer, fueron respaldados por un multimillonario fondo para sobornos de Wall Street (como informaban el Time, Newsweek y el Wall Street Journal).

      Según la prensa norteamericana, para la segunda gran tarea, la de liderar la transición, Obama ya tiene trabajando a John Podesta, que fue el último jefe de gabinete de Clinton.

      Además de Podesta, el equipo de transición estará dirigido por la empresaria Valerie Jarret y Pete Rouse, jefe de gabinete en el Senado de Obama. Tienen previsto comenzar a anunciar sus nombramientos ya la semana próxima, mucho más rápido de lo habitual en los relevos de gobierno en EEUU.

      Además de Rahm Emmanuel, el potencial "cerebro" detrás del trono de Obama, el otro "peso pesado" del lobby sionista liberal plantado al lado de Obama, es el vicepresidente electo, Joseph Biden.

      Biden es un un sionista de alto vuelo con experiencia acreditada en política exterior (léase depredación imperial-militar-capitalista a escala planetaria) y apareció junto a Obama como la "persona indicada" impulsado desde el más alto nivel del sionismo parlamentario.

      Biden no es judío, pero es practicante devoto a tiempo completo de la religión sionista, a tal grado, que empalidece a otros militantes originarios de la causa pro-israelí en el aparato de poder norteamericano.

      Biden, quien preside por segunda vez el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, es un miembro "liberal" de la poderosa derecha católica aliada del lobby sionista que (en su vertiente conservadora y liberal) controla Wall Street, los bancos de la Reserva Federal y el Complejo Militar-Industrial.

      Esto lleva a que el lobby (con sus corporaciones y bancos) se convierta en directo beneficiario de las políticas de conquista de mercados (por vía militar o "democrática") de la Casa Blanca.

      Según The Wall Street Journal, los asesores de Obama dijeron que la designación del jefe de gabinete será seguida de otros nombramientos clave, especialmente el del próximo secretario del Tesoro.

      Uno de los candidatos es Lawrence Summers (un ideólogo del sionismo "bancario"), economista de la Universidad de Harvard que ya se desempeñó en el en cargo durante el gobierno de Bill Clinton.

      Otros aspirantes son el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker; el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York Timothy Geithner, y Robert Rubin, otro ex Secretario del Tesoro de la administración Clinton y actual director y asesor de Citigroup, uno de los bancos que han recibido la inyección de fondos fiscales.

      La posición del secretario del Tesoro, el equivalente a ministro de Economía, es especialmente sensible en el actual contexto de crisis económica: Obama llegará a la Casa Blanca con un país en recesión y, según todas las encuestas, gran parte de su triunfo electoral fue gracias a que los ciudadanos confiaban más en él que en McCain para resolver los problemas.

      Como jefe del Departamento de Estado suena con fuerza Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y ex embajador ante Naciones Unidas y secretario de Energía con Bill Clinton.

      Como se puede apreciar, todos los caminos conducen a Clinton y la continuidad de los negocios del lobby sionista, esta vez en versión "liberal".

      Si Rubin o Summers (los más firmes candidatos) asumen en el Tesoro, el lobby sinista liberal tendrá el programa de rescate (un gigantesco negocio financiero con la crisis) de US$850.000 millones que hoy está en manos de Paulson, un miembro del lobby sionista "conservador".

      Además, y como Obama también tendrá la oportunidad de reformar la Reserva Federal en su primer año en el cargo, las tres vacantes que tiene actualmente la Junta de Gobernadores de la Fed (que maneja toda una red de bancos privados que hacen negocio al amparo de la Reserva Federal)  podrán ser ocupados por miembros del lobby sionista liberal.

      Actualmente, el poder lobbysta que controla con Bush y Cheney la Casa Blanca, representa las tendencias extremas del sionismo conservador y militarista, bajo cuyo mandato se desarrollaron la "guerra contraterrorista" y las invasiones a Irak y Afganistán que inauguraron una nueva era de conquista de mercados.

      Los demócratas Samuel Berger, William Cohen y Madeleine Albright cumplieron, durante la administración de Bill Clinton, las mismas funciones para el lobby judío liberal  que cumplieron los republicanos Dick Cheney, Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice en la administración Bush.

      Pero no hay que engañarse: El lobby sionista liberal demócrata (en versión "bancaria") que asoma como alternativa de poder con Obama en la Casa Blanca, representa la "cara complementaria" del poder sionista conservador controlando las estructuras del Imperio norteamericano.

      Y esto nos remite a una primera conclusión probada en forma histórica y estadística: En EEUU, la potencia locomotora del capitalismo sionista a escala global, no gobiernan los presidentes o los partidos, sino la élite económica-financiera (el poder real) que controla la Reserva Federal, el Tesoro, Wall Street, el Complejo Militar Industrial y Silicon Valley.

      Y hay una segunda conclusión también probada en forma histórica y estadística: La política exterior y la política interna de EEUU (los niveles de decisión) no la dirigen los presidentes ni los partidos sino el establishment económico-financiero que controla la Casa Blanca y el Congreso a través de sus "lobbys" y operadores que actúan sobre los partidos, los legisladores, los funcionarios y condicionan las decisiones presidenciales USA.

      Y el lobby "motor de todos los lobbys", es el lobby sionista manejado desde la AIPAC y el Consejo Judío Mundial, hoy en la "derecha" con Bush, y, desde el 20 de enero, a la "izquierda" con Obama.



      Los 77 días de Bush

      Bush termina su ciclo con el más alto grado de desprestigio que haya cosechado un presidente norteamericano en toda la historia. la crisis financiera; un conflicto militar, un atentado o una escalada de amenazas podrían hacer estallar los mercados mundiales y sumir a EEUU en un caos, la pérdida de influencia de EEUU como potencia capitalista regente que se acentuaría con cualquier acción militar en campaña electoral (cuando Putin advirtió sobre el "uso electoral" del conflicto del Caucaso, la UE  se abrió de las posiciones de EEUU y negoció con Rusia).

      En el preciso instante que  Barack Hussein Obama fue consagrado presidente electo de EEUU, se abrió un nuevo escenario para Bush y los halcones de la Casa Blanca: Desde ahora, todo lo que suceda comenzará a formar parte del legado que recibirá el "presidente negro".

      Desde ahora, Obama dejó de ser el "candidato" para convertirse en el meridiano de todos los acontecimientos (internos y externos) que tengan como protagonista al Imperio USA. Aunque "técnicamente" gobierne Bush, los ojos del mundo estarán fijos en Obama. Todo lo que suceda de aquí hasta que asuma en enero será incorporado a su mochila presidencial en carácter de "carga" heredada.

      Y hay un detalle clave: Faltan 77 días para que Obama asuma el cargo de presidente en ejercicio de EEUU. Casi un cuarto de año (el actual colapso estalló y se configuró en un mes) con crisis financiera, con proceso recesivo y despidos masivos que empiezan extenderse de USA-Europa a todo el planeta. Y ya no será Bush sino Obama el que tendrá que dar -de ahora en más- las respuestas.

      Y hay otro detalle clave: En los hechos, y durante los 77 días que faltan para que asuma Obama, serán Bush y los halcones los que tomen las decisiones estratégicas en la conducción del Estado Imperial norteamericano. Obama estará en el centro de todas las cuestiones estratégicas, pero el que gobernará será Bush.

      Para los expertos: Los 77 días que le faltan a Obama para asumir en el cargo de Presidente, serán los 77 días que tienen Bush y los halcones para conspirar.

      Con una diferencia práctica: Bush ya no está en el centro de la tormenta, el que está en el eje del huracán es Obama. El 4 de noviembre marcó el inicio de otra película, con Obama protagonizando y Bush decidiendo.



      El Stalingrado de Obama

      No fueron pocos los analistas que durante la campaña esgrimieron la teoría de un "golpe de Estado" conservador en caso de que Obama ganara la presidencia. Es una hipótesis insuficiente, dado que una acción semejante (en medio de la crisis económica-fianaciera) terminaría de derrumbar la cada vez más deteriorada imagen de EEUU en el escenario mundial.

      Desde la semana pasada, y mientras Obama pulverizaba a McCain en las encuestas, surgió en los corrillos políticos, diplomáticos y periodísticos de EEUU la teoría del "campo minado" contra Obama.

      Según esa hipótesis, Bush y los halcones, durante los 79 días que faltan para la asunción de la nueva administración, sembrarían de conflictos el camino de Obama, haciendo que el nuevo presidente asuma desgastado y abrumado por una escalada de conflictos (hoy latentes) que se sumarían a la crisis económico-financiera.

      Ya no se habla de un "golpe de Estado", sino de una "Operación Stalingrado": Centrar toda la expectativa internacional en Obama, dejarlo entrar, y desde ahí rodearlo con los conflictos activados obligándolo a que asuma en medio de una crisis con distintos epicentros. Algo así como terminar con Obama antes de que asuma.

      Durante los 77 días que faltan para la nueva asunción presidencial hay un tablero y un escenario que pueden jugar Bush y los halcones republicanos para desgastar a Obama y obligarlo a que asuma en medio de una crisis multiplicada.

      Los frentes de conflictos abiertos que pueden estallar o ser detonados por la Administración Bush antes de terminar su mandato y de que asuma Obama, son los siguientes:



      Militares

      1- Ataque a Irán por parte de EEUU o Israel (un plan ya agendado y planificado por el Pentágono) 

      2 - Conflicto militar con Siria con participación de Irak (serviría de justificación para una reacción de Irán y un ataque de EEUU a Teherán)

      3- Desenlace militar judeo-norteamericano en Líbano y Gaza (la "solución militar" pedida por Israel antes del retiro de Bush)

      4 - Escalada militar con Rusia y Venezuela en el Caribe (la prolongación del conflicto del Cáucaso y de Europa del Este).

      5 - 11-S terrorista en EEUU y/o Europa (Consolidación y aggiornamiento de la "guerra contraterrorista" liderada por EEUU).

      6 - Golpe de Estado en Pakistán,  y extensión del conflicto de Afganistán ("Afganización" y ocupación militar de Pakistán).

      7 - Escalada militar en el Cáucaso o en Europa del Este (Utilización de Ucrania y de Polonia como arietes de un nuevo conflicto militar con Rusia)

      8 - Invasión y ocupación de Turquía en el Kurdistán iraquí (Produciría una reacción encadenada desde Irak a todo el Medio Oriente).

      9 - Conflicto nuclear Corea del Norte (Pyongyang ya pateó el tablero del acuerdo con EEUU y reanudó la actividad de su programa nuclear con la activación de su principal reactor)



      Económicos-sociales

       9 - Recesión con estallido social en EEUU (Las bases están sentadas con los despidos en masa que ya están realizando los bancos y empresas).

      10- Recesión con estallido social en la Unión Europea (no a causa del precio de la energía y los alimentos como ya sucedió este año, sino a causa de los despidos de trabajadores que ya se verifican en bancos y empresas).

      11 - Colapso recesivo en China y los tigres asiáticos (Paralizaría en más de un 60% el comercio de exportación e importación y haría estallar, en primer término, las economías de EEUU y la Unión Europea).



      Resumiendo:

      Con el resultado de la elección en EEUU, este martes, Bush se "retiró de escena" y todo el protagonismo y el centro de la atención mundial  de ahora en más recaerá sobre el presidente electo Barack Obama.

      Bush seguirá presidiendo EEUU, pero lo que pase será cargado al futuro archivo presidencial de Obama.

      Serán 79 días, casi un cuarto de año,  donde cualquiera de los conflictos latentes enumerados pueden estallar y generar una reacción en cadena antes y durante la asunción de Obama.

      Se trata de un "campo minado", donde la potestad de hacer estallar o neutralizar los explosivos se encuentra en manos del actual presidente de EEUU, o sea de Bush, con Obama como "estrella" y máximo  heredero del desastre. Obama ya es la nueva cara visible de la Casa Blanca, pero el que todavía tiene el poder es Bush. 

      Para destruir a Obama antes de que asuma, la administración de los halcones sionistas neocons solo tiene que elegir la hora y accionar el botón del "campo minado".

      Como se señala en una multitud de informes de especialistas, Cheney y Bush tienen compromisos firmes con los halcones militaristas de Tel Aviv que buscan terminar con el plan nuclear de Irán antes de que desarrolle la bomba.

      Si bien Obama es un hijo dilecto del lobby sionista (liberal) de Wall Street, Israel y el lobby sionista neocons que hoy controla la Casa Blanca temen que su postura "negociadora" distraiga la operación militar contra Irán fortaleciendo la resistencia islámica en todo el Medio Oriente.

      En la última cumbre EEUU-Israel en Washington, según The New York Times y los principales diarios norteamericanos, ya se acordaron acciones militares en Medio Oriente para destruir la capacidad de Irán para fabricar la bomba nuclear, antes de que termine el mandato de Bush.

      Bush y los halcones tienen 77 días para construirle a Obama un "campo minado" que estalle antes de que asuma y lo conviertan en un presidente debilitado y sin autoridad (un virtual derrocamiento antes de asumir).

      Hay un tablero con doce frentes de conflictos estratégicos cuyo botón de activación están en manos de Bush y de los halcones de la Casa Blanca.

      En esa agenda y ese escenario, el triunfo electoral de Obama es apenas una anécdota.






     



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