Author: Profesor J Date: To: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos Subject: [Pensamientoautonomo] El fracaso de la vieja escuela
Evo y Chávez se encuentran en medio de la vorágine del que siembra vientos y
cosecha tempestades. La ola de retrocesos de los maestros y gurús de la
vieja escuela ha llegado también al MST brasileño que, triste es
reconocerlo, se ha plegado como hipnotizado por una serpiente a los
designios del neoliberal Lula.
Evo decidió correr a aprobar la constituyente sin construir bases de
sustentación social, lo que le ha acarreado la consecuencia de encontrarse
desarmado en las principales regiones de los territorios controlados por el
estado boliviano, ya que ha centrado sus esfuerzos en afirmar el aparato
institucional, la máquina del partido y la macroeconomía antes que la
potenciación de los ayllus y las autonomías sociales.
El proceso de movilizaciones que mostraban las organizaciones sociales
bolivianas y que llegó a ser un fuerte estímulo para el resto del continente
ha llegado a su piedra de tope y el ejército junto a las demás instituciones
estatales se encargan de apretar el cerco. Por paradójico que parezca, la
oligarquía cruceña ha usado contra el MAS y el proyecto del capitalismo
andino las mismas armas que se habían utilizado anteriormente contra el
predominio del capital: la movilización social por abajo. Ello demuestra que
la ideología y las banderas del cambio social del futuro no sirven para
agrupar a la población que necesita resolver problemas inmediatos.
La poderosa Coordinadora del Gas liderada por la Coordinadora del Agua de
Cochabamba realiza ingentes esfuerzos por salvar la autoorganización social,
gracias a la independencia mostrada por Óscar Olivera que rechazó el
ministerio ofrecido por Morales y en diferentes lugares consiguen mantener
la presión social en dirección a la construcción de una nueva economía
horizontal que asegure la cotidianeidad del protagonismo social, actualmente
en buena parte inmovilizado a la espera de las decisiones y movidas por
arriba o movilizado por la oligarquía.
La negativa de Evo a desplegar desde el comienzo las iniciativas por abajo
le ha quitado parte de su piso y ahora paga las consecuencias haciendo
malabarismos por aquí y acrobacias por allá. Esperemos que se recupere la
dinámica de autoorganización social y se afirmen las localidades que se
mantienen consecuentes a pesar de la enorme ofensiva de cooptación y control
del MAS que más ha debilitado que fortalecido el campo popular.
En Venezuela el ímpetu del populismo chavista se ha encontrado con la
sorprendente movilización de los estudiantes y una más sorprendente aún
abstención electoral de una población cansada de discursos y medidas
superestructurales que no consideran el protagonismo social y sólo apuntan a
la realización de un modelo estatista centralizado que ha pasado por encima
de las comunidades originarias, de sectores importantes de las periferias de
las ciudades y de la juventud. A esta altura del campeonato plantearse el
viejo partido único ha resultado contraproducente y las consecuencias están
a la vista. La concentración de poderes remedando el viejo estalinismo
resultó un tiro por la culata. Los modelos que han permitido la
revitalización de las experiencias partidarias apuntando al poder central se
desmoronan por su propio peso. Esperemos que no sea a costa de la
recuperación del movimiento social desde abajo. Seguimos confiando en que la
construcción de formas autónomas de agrupamiento social en las localidades
conseguirá remontar la lucha por una nueva sociedad.
Ello trae enormes lecciones para nosotros, ya que aún persisten las
tendencias a centralizar los esfuerzos y aún es lento el proceso de
comprensión de que la autoorganización social por abajo, el desarrollo de la
autogestión masiva y de redes de economía alternativa podrán conformar el
tejido que permita avanzar construyendo sólidamente las trincheras sociales
que serán irreductibles ante cualquiera ofensiva o maniobra de los
poderosos.
Afortunadamente cada vez son menos y se tiende a neutralizar a las
corrientes que aspiran a manejar el aparato institucional con la convicción
de que "ahora si", "nosotros lo haremos bien", etc. como que fuese
solamente un problema de voluntad y no de estructura.
No queda otra manera de participar en las instituciones que no sea en medio
del impulso multiplicador de la autoorganización social en comunidades que
practiquen nuevas formas de vida y de economía en sus localidades.
Los avances logrados por el Proceso de Unión de los Pueblos de Valparaíso y
por la Campaña A Buen Puerto tendrán que asumir un fuerte papel en el
desarrollo de los preparativos del Puertazo ayudando a dirigir los esfuerzos
no sólo a la lucha reivindicativa, sino especialmente a las formas de
autoorganización social en los cerros y localidades.