Zapatismo
¿Stalin en la otra campaña?
Edgard Sánchez Ramírez *
Ha sido frecuente que en diversos actos públicos de la otra campaña, desde que el Sub Marcos inició el recorrido por el país, aparezcan colgados sendos retratos de Stalin junto con otros de Marx, Engels, y Lenin.
Obviamente estos "adornos" de los mítines no son responsabilidad del Sub Marcos y del EZLN, sino de la brigada del PCM (ml) que, al igual que otros grupos solidarios, acompañan la caravana que recorre el país como parte de la otra. Sin embargo, para quien los va encontrando en el recorrido puede crear confusión sobre las definiciones políticas de la otra campaña que son base de la alianza que el EZLN ha propuesto desde la Sexta Declaración. Por supuesto cada grupo que decide participar en la otra campaña es libre de plantear lo que considere necesario. Es parte del respeto a la autonomía de cada organización que el EZLN planteó desde un principio. Además, la mayoría de la gente que ve la imagen de Stalin ni sabe quién es ni qué significa políticamente. Se trata de una manera poco adecuada para hacer propaganda a la propuesta socialista si ésa es la intención al colocar esos retratos que le dicen muy poco a la gente. Por eso generalmente pasan inadvertidos y parece que, solo en algún lugar de Veracruz, alguien quiso responder a este absurdo acto de culto a la personalidad colocando un retrato de Trotsky.
Sin embargo, el problema no es nada más que sea un desafortunado acto de propaganda y culto a la personalidad el colocar retratos de Stalin durante los mítines de la otra campaña, sino que en realidad las posiciones stalinistas son contradictorias con las definiciones y sentido tanto de la otra campaña como de algunas de las posiciones principales del EZLN. Por ese motivo es que en las asambleas preparatorias de la otra, es decir con adherentes y en Chiapas, no durante el recorrido por cualquier lugar del país, hubo ya protestas y señalamientos por la incongruencia de pretender reivindicar a Stalin en el marco de la otra campaña.
Concretamente en La Garrucha, en la asamblea general de adherentes, varios compañeros y compañeras, incluso internacionalistas, se acercaron a los responsables de haber colocado el retrato de Stalin pidiéndoles que lo retiraran por ser ofensivo y opuesto a los planteamientos de la otra campaña. Incluso desde el micrófono, en la asamblea, hubo quienes también lo solicitaron y hasta una compañera anarquista-feminista al hablar en el punto de quiénes no están convocados a la otra hizo una relación en la que, además de los violadores y hostigadores, incluyó a los stalinistas. La ignorancia de algunos de los activistas que colocaron el retrato de Stalin sobre su significado les hacía reaccionar con sorpresa por el rechazo y quizá reafirmarlas una actitud dogmática. Por eso vale la pena repasar varios de los temas (1) por lo que decimos que la figura de Stalin y el stalinismo son opuestos a las principales definiciones de la otra campaña y de la propuesta zapatista.
Los derechos de las naciones y la autonomía indígena
Después del triunfo de la Revolución de Octubre en 1917, se fundó la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). La Unión Soviética representaba por tanto un Estado federado de varios pueblos, no solamente Rusia, que se incorporaban a la revolución. Por eso, fue necesario un gran debate entre los bolcheviques sobre las condiciones en que se integraba la Unión Soviética. Este debate fue el relativo a los derechos de las naciones que Lenin defendió (de las nacionalidades y la autonomización, se le llamaba). Contra la propuesta de Lenin, y tras su muerte en 1924, Stalin impuso un proceso de rusificación de los pueblos de la Unión Soviética que repetía el esquema tradicional de opresión del Zarismo ruso contra esos pueblos. Solamente que ahora en vez del zar imperaba el "padrecito Stalin". La violación de los derechos de las naciones soviéticas, la falta de respeto a su autonomía, la rusificación (que incluyó la imposición del idioma ruso contra los idiomas y cultura de los otros pueblos) explica por qué una vez que se desploma la Unión Soviética estallan infinidad de guerras de varios de estos pueblos que luchan contra el dominio de Rusia pero que, debido a la confusión histórica de creer que el stalinismo representaba al socialismo y no la ruptura con el pensamiento leninista, les ha llevado a emprender estas luchas recurriendo a concepciones religiosas (generalmente musulmanas) fundamentalistas o nacionalistas. Es decir, la concepción y práctica de Stalin y el stalinismo sobre el derecho de las naciones es opuesto a la concepción de la autonomía indígena y el respeto a los derechos y cultura indígena que defienden los pueblos indios de México, sobre todo desde los Acuerdos de San Andrés, así como en particular el EZLN y la otra campaña.
Stalin y la alianza con la burguesía por medio de Frente Popular y el anticapitalismo
Después de los 30 y en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, Stalin impuso en la Internacional Comunista ya bajo su control, así como en los partidos comunistas stalinizados, la concepción del llamado Frente Popular. El Frente Popular para Stalin quiere decir la alianza con la burguesía que llama nacionalista, antimperialista o antifascista. La justificación para subordinar las fuerzas proletarias y comunistas a la burguesía "nacionalista" es la lucha contra el fascismo y la concepción de la revolución por etapas, así como la construcción del socialismo en un solo país. Según Stalin había que subordinarse a la burguesía nacional porque la prioridad era la defensa de la Unión Soviética, es decir el interés del estado soviético antes que la revolución, porque el objetivo de la construcción del socialismo en un solo país se apoyaba en la idea de que la revolución en el resto de los países tenía que seguir un proceso por etapas donde "brincarse" etapas como proponer un programa anticapitalista era sinónimo de "provocación trotskista" que le hacía el juego al enemigo de clase. En consecuencia el programa del Frente Popular, según Stalin, no podía ser un programa anticapitalista, sino "democrático", es decir acorde a la primera etapa de alianza con la burguesía. Por eso entre 1925-27 obligó al Partido Comunista Chino a ingresar al Kuomintang, el partido de la burguesía nacionalista, lo que facilitó la masacre de miles de comunistas chinos. En México, en 1940 el Partido Comunista Mexicano también bajo la lógica del "frente popular" acordó disolverse y entrar al Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el antecesor del PRI. Esta decisión no se llevó a cabo simplemente porque el PRM (nombre que Lázaro Cárdenas le impuso al Partido Nacional Revolucionario fundado por Calles) no aceptó al PCM en sus filas. Esta fusión con los nacionalistas cardenistas no ocurriría sino hasta 1989 al fundarse el PRD. A diferencia del programa del Frente Popular de Stalin y la revolución por etapas, la otra campaña se organiza con "los de abajo y a la izquierda", es decir con un programa anticapitalista y convocando a la izquierda anticapitalista, declarando como los destinatarios contra los que va la Sexta Declaración a los del Pacto de Chapultepec, encabezados por Slim, sector de la burguesía con el que campañas y orientaciones como las de AMLO y el PRD buscan llegar a un acuerdo.
Stalin y su oposición a la liberación de las mujeres y al respeto a la diversidad
En los primero años de la Revolución de Octubre, bajo la dirección de Lenin y Trotsky, se conoció un gran desarrollo de las libertades y actividades creativas en el arte y la cultura. En esos años las mujeres consiguieron la legalización del aborto y el derecho al divorcio, importantes conquistas contra las visiones conservadoras y religiosas prevalecientes. Con el ascenso del stalinismo estas conquistas se echaron atrás y se reforzó el rol tradicional de las mujeres exclusivamente como madres o amas de casas. De hecho, se llegó a premiar a las mujeres que tuvieran hijos para reforzar su papel como madres, fuera de la actividad productiva, política y social. Los partidos comunistas bajo el pensamiento stalinista, en consecuencia, denunciaron la lucha de las mujeres y del feminismo (que tuvo antes de Stalin a brillantes pensadoras feministas y revolucionarias como Alejandra Kolontai y Clara Zetkin, a cuya iniciativa se proclamó el 8 de marzo, día internacional de la mujer) como "desviación pequeño burguesa" que supuestamente distraía la lucha proletaria por la revolución. Bajo la concepción etapista de Stalin, se afirmaba que las reivindicaciones de las mujeres se lograrían al triunfo de la revolución y por tanto se oponían a la lucha autónoma y actual de las mujeres por sus demandas. Solo las corrientes revolucionarias que mantuvieron su identificación con el leninismo, como la IV internacional, siguieron defendiendo la causa de las mujeres, identificándose con la segunda ola del feminismo y defendiendo la necesidad del movimiento autónomo de las mujeres. Por la confusión histórica que hizo creer que el stalinismo era lo mismo que el socialismo y no su contrario, frecuentemente se pensó que la izquierda estaba opuesta a la causa de las mujeres y su necesaria expresión autónoma. En la oposición del stalinismo a la liberación de las mujeres se reforzó una concepción conservadora paternalista y patriarcal, por lo tanto sexista, así que en consecuencia se desarrolló una oposición al respeto a la diversidad sexual, persiguiéndose a homosexuales y lesbianas a las que se les consideraba ejemplos de "la degeneración burguesa", posición distinta a la del marxismo revolucionario que se ubica siempre del lado de los oprimidos. Obviamente esta herencia del stalinismo es opuesta a las reivindicaciones que hace el EZLN y la otra campaña a los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual, como homosexuales, lesbianas, transgéneros, etc.
En el mismo camino anterior hay que recordar que la concepción totalitaria de Stalin y la burocracia stalinista es, en consecuencia, diametralmente opuesta a la perspectiva de "un mundo donde quepan todos los mundos". En la lógica del pensamiento de Stalin, el pintor Siqueiros (que participó en un atentado para intentar matar a Trotsky en México) hizo famosa la frase "no hay más camino que el nuestro". En la llamada revolución cultural china bajo la dirección stalinista de Mao y Chiang Chin se consideraba "cultura burguesa" por igual a Beethoven o a The Beatles y el único arte legítimo al que panfletariamente apareciera comprometido con el Partido y sus dirigentes al que se consideraba "arte proletario".
Por último, lo que es más conocido del stalinismo: la falta de respeto a los derechos democráticos. El centralismo burocrático que prohibía la existencia de opiniones distintas a las del partido o de su secretario general, impidiendo y persiguiendo la existencia de corrientes y tendencias de opinión, es radicalmente opuesto al planteamiento del EZLN al organizar la otra campaña. El EZLN ha planteado que la otra es no sólo del EZ, sino de todos los que se adhieren a la misma y que ellos respetan la autonomía de cada organización que decida participar, sin obligar a la disolución de las mismas, por lo que bajo el paraguas de la otra se encuentran diversas corrientes desde anarquistas, movimientos sociales, el propio zapatismo hasta la izquierda socialista, incluyendo ahí a los stalinistas. El stalinismo no habría tolerado la coexistencia de estas corrientes en un movimiento bajo su hegemonía. Como se sabe, podían llegar incluso a la eliminación física de militantes de otras corrientes. Y así, llegar a la aberración del "partido único".
Todo ello hace diametralmente opuesto el pensamiento de Stalin con el de la otra campaña, el del EZLN y el del marxismo revolucionario identificado con Lenin cuya herencia Stalin adulteró y traicionó.
* Dirigente del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). El artículo está publicado en el número 22 del periódico Bandera Socialista.
Nota
(1) Ver el excelente artículo de Guillermo Almeyra: "Stalin y la historia de la contrarrevolución". Publicado en el diario La Jornada (26-2-06) y en el boletín Correspondencia de Prensa (26-2-06).
Fuente:
www.lafogata.org