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NUESTROS SUEÑOS, NO CABEN EN SUS URNAS
Construir un país cabal y parejo para todos: Marcos
En Becal, pide dejar atrás a quienes desfalcan a México
Llama a crear un movimiento anticapitalista desde abajo
Hermann Bellinghausen y Lorenzo
Chim enviado y corresponsal La Jornada
La Fogata
El subcomandante Marcos, al llegar a la comunidad de Becal, municipio de Calkiní, donde dialogó con inidígenas mayas de Campeche FOTO Víctor Camacho
El subcomandante Marcos llamó a dejar atrás a los que están "avergonzando a México ante el resto del mundo", los que están "desfalcando este país, robando todo, violando niños y niñas, y están libres y gozando" con la ley de su lado. Y hacer "una nueva ley y un nuevo país que quede cabal y sea parejo para todos". Planito, como las tierras calcáreas de los mayas.
La otra campaña llegó a la comunidad de Becal (municipio de Calkiní), que aún recuerda haber sido capital mundial de los sombreros de jipijapa. Eso, en tiempos del henequén, esa bendición maldita que definió por más de un siglo la vida económica de los mayas peninsulares de las vastas planicies de Campeche y Yucatán. Hoy, muchos ya ni eso tienen, y emigran profusamente.
La fuente en la plaza central de este pueblo indígena consiste en tres grandes sombreros blancos de cemento, muy pop art, por cierto, formando una especie de gruta. Es fama que los mejores jipis (o sombreros panamá) se confeccionaban en las cuevas húmedas de esta tierra asediada por el sol.
El delegado Zero arribó al mediodía al parque del Progreso pedaleando un tricitaxi al que lo habían invitado como pasajero. Por el sonido se escuchaba el himno Venceremos. A un lado de los monumentales jipis de la fuente se celebró un mitin al que asistieron unos 500 becaleños, entre simpatizantes y curiosos. "Personas que a punta de luchar se han comprometido, se ponen de pie y participan en la lucha nacional", como dice el presentador del acto. "Aquí estamos, pendientes de ponernos de pie".
Agrega: "Hay acontecimientos históricos de la vida de cada uno de nosotros, y hoy estamos viviendo una etapa de la historia de la lucha de los pueblos indígenas. Estamos sinceramente motivados, porque vemos que los indígenas del camino real siempre han buscado una lucha, pero a veces esa lucha ha sido estéril. Pero ahora contamos con un compañero que lucha por los pueblos indígenas de México.
"Hoy nos sentimos satisfechos, compañero subcomandante Marcos, porque sabemos que en las reuniones que vamos a tener, el compromiso de los indígenas será apoyar a ese movimiento zapatista de liberación nacional. Bienvenido sea a Becal, un pueblo artesanal y luchador".
Primer lugar en pobreza... y rebeldía
Entonces, el representante de la Comisión Sexta zapatista se dirige al atento público que lo recibe: "Pueblo de Campeche, buenos días. Mi nombre es Marcos, subcomandante insurgente del EZLN. Queremos agradecerles que estén aquí con nosotros, y que estén aguantando el sol para escuchar nuestra palabra y decir la suya. El mensaje que les traigo es de indígenas mayas, como la mayoría de ustedes. Porque los indígenas del EZLN somos unos de los muchos pueblos que dio la dignidad y la rebeldía maya.
"Y venimos a traerles un mensaje que ya conocemos todos, porque sabemos que si hay sol nos mojamos con el sudor, y si hay lluvia nos mojamos con el agua, y si hay dolor nos mojamos con nuestras lágrimas de coraje y de indignación por lo que vemos que está pasando. Sabemos muy bien que en el sureste mexicano, como Campeche, estamos olvidados por los malos gobiernos y los grandes políticos.
"Tenemos el primer lugar en pobreza y queremos lograr juntos, todo el sureste mexicano -Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco-, el primer lugar en rebeldía y dignidad. No venimos a traer ninguna solución, venimos a traer la propuesta de que unamos nuestro dolor, indignación y rabia, y construyamos un movimiento nacional de izquierda, anticapitalista, de la gente de abajo, humilde y sencilla.
"Sabemos que tenemos muchos dolores, pero también muchas historias de resistencia y de rebeldía. No puede ser que sólo aparezcamos en las noticias cuando pasa una desgracia. Que Campeche, junto con Chiapas y las demás partes del sureste, sólo aparezca en la historia o en la geografía como el último rincón de nuestro país.
"Tenemos que hacer las cosas como se deben hacer, desde abajo, y conquistar juntos, como campechanos, como mexicanos, el lugar que merecemos en la historia. Y no se trata de que vamos a ocupar un cargo. Porque van a ver que vendrán los políticos a prometerles muchas soluciones, y al final, cuando pasa el tiempo, vemos que seguimos igual o peor y que nadie se acuerda de nosotros.
"Se trata de conquistar organizadamente nuestros derechos, de luchar por ellos, sea como pueblos indios que somos, sea como jóvenes, mujeres, choferes, trabajadores del campo y la ciudad, o como pescadores que somos, como empleados, como maestros. Nadie nos va a venir a dar lo que tenemos que conquistar con nuestro propio trabajo. Es para nosotros un honor, como EZLN, y como una de las organizaciones que estamos en la otra campaña haber llegado a Campeche y estar hablando con ustedes".
Marcos anuncia que esta tarde se realizará una reunión para escucharlos, tanto él como "muchos compañeros y compañeras que vienen de otras partes de México", para transmitirlo a otra gente "que también quiere luchar como la gente digna y rebelde de Campeche, y así los conozcan, y aprendamos todos de ustedes. No venimos a decirles cómo hay que hacer; al revés, queremos escuchar su historia y aprender de ustedes. Empezar a unir esa palabra y hacerla grande, junto con otras fuerzas que están como nosotros".
Deplora: "No nos toman en cuenta más que para humillarnos, explotarnos, para robarnos la tierra y la paga de nuestro trabajo, que se va en los precios, en las medicinas, en la ropa. Eso es lo que estamos viendo en nuestro país. Pasa un gobierno y pasa otro, y como quiera las cosas que necesitamos son más caras y nuestro trabajo cada vez lo pagan peor. Y cada vez cambia cómo o quién está allá arriba, su color o su nombre, pero la gente de abajo sigue explotada".
Con creciente intensidad y urgencia, Marcos prosigue: "Lo que venimos a proponer aquí con la Sexta Declaración es hacer un ¡ya basta nacional!, que crezca desde abajo y que empiece como de por sí ya está comenzando en el sureste mexicano, que es el rincón más en la orilla, y no sólo en la geografía; también el rincón en la miseria, la explotación y el robo. Estamos haciendo otra campaña porque no estamos haciendo como los partidos políticos, no andamos repartiendo promesas a cambio de votos. Ahora le decimos a la gente que tenemos que hablar de nuestra lucha, hacerla que tenga una voz fuerte para lograr un programa nacional de lucha".
No necesita decir nombres para que el público sepa a quiénes se refiere el delegado Zero: "Esos grandes ricos no les falta nada, tienen todo y todavía quieren más. Nos quieren quitar nuestras tierras, nuestra historia, y nos están quitando ya nuestro trabajo. Tenemos que volver a hacer este país bueno, pero ahora nuevo, no como el que nos dieron, que está chueco. Porque resulta que una banda de haraganes son los que están arriba, y no trabajan, ganan mucho dinero y gastan mucho dinero y siguen ganando más y más. Como decimos nosotros: esos cabrones no tienen llenadero".
Esto, mientras la gente "que sufre y trabaja cada día está peor, y es la mayoría. Lo que debemos hacer es levantar el país, pero no nos vamos a alzar en armas, sino a respetar la lucha de cada quien y darle su fuerza y su valor".
El país lo vamos a poner cabal
Haciendo eco a la buenaventura del Chilam Balam, que habla de los "anchos y hermosos caminos planos", Marcos asegura que al país "lo vamos a poner cabal, planito, que nadie queda arriba y otro abajo, que nadie tenga que vivir con el sufrimiento que nos están imponiendo arriba. Este país debe tener su nueva ley. Las leyes que están orita sólo sirven para los grandes ricos y poderosos. Vemos en las noticias que roban, que asesinan, que violan niños y niñas, y como quiera están libres, disfrutando de sus riquezas".
A la vez, apunta, "los que están en la cárcel son gente humilde y sencilla; la mayoría, gente que lucha, y de premio por exigir sus derechos el gobierno los mete a la cárcel". Además, las prisiones "están llenas de gente que por necesidad tuvo que hacer un delito. Esa ley no sirve, compañeros. Tenemos que cambiarla".
La gente de Becal escucha a Marcos con interés creciente: "Viera que el lugar de esos grandes jueces güevones que están ahí nada más, ganando dinero y dando leyes para meter a los pobres (porque así hacemos nosotros en territorio zapatista, que la misma gente es la que toma la ley y la aplica). Viera que entre ustedes hacen una ley, va a salir mejor este país, más cabal, y no va a ser una vergüenza orita como tenemos esos gobernantes y grandes ricos que nomás nos están avergonzando con el resto del mundo".
Para concluir, Marcos llamó a los mayas de Becal a organizar su rabia y su coraje "para cambiar el país".
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La interminable crisis del Mercosur
Raúl Zibechi
La Jornada
La Fogata
La propuesta del ministro de Economía uruguayo Danilo Astori de firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, es una clara muestra de que las afinidades ideológicas no son suficientes para acelerar los pasos de la integración regional. Por el contrario, la iniciativa planteada a principios de enero disparó una nueva crisis en un Mercosur muy debilitado que -pese a la reciente integración de Venezuela y la probable de Bolivia- no consigue consolidarse.
La propuesta de Astori cayó en un mal momento. A nivel interno, la izquierda se estaba reponiendo del ácido debate por la aprobación de un tratado de protección de inversiones con Estados Unidos que generó divisiones en la bancada oficialista, apenas una semana atrás. En la región, las reacciones fueron muy duras tanto en Argentina como en Brasil. El canciller Celso Amorim recordó al gobierno uruguayo que la firma de un TLC en solitario lo colocaría automáticamente fuera del Mercosur. En Buenos Aires, las reacciones fueron más airadas quizá por la guerra que están viviendo ambos países por la instalación de dos grandes fábricas de celulosa en la orilla oriental del fronterizo río Uruguay. El anuncio de Astori coincidió con una fuerte escalada de cortes de los tres puentes que unen a ambos países por parte de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, la ciudad argentina más afectada por la contaminación que emitirán las papeleras a partir de mediados de este año.
La reacción de los socios del Mercosur está más que justificada. El argumento uruguayo es que un TLC le permitiría saltarse los aranceles estadunidenses a las carnes (unos 100 millones de dólares anuales). Pero sería un bocado para las multinacionales que ingresarían a los grandes mercados brasileño y argentino sin pagar aranceles. Buena parte de los permanentes enfrentamientos comerciales entre los países pequeños y grandes del Mercosur provienen de la distorsión que genera el libre comercio. Uruguay se queja porque Argentina le impide exportar bicicletas. En realidad, las bicicletas provienen de China y se arman en Uruguay e ingresan al mercado argentino a precios bajísimos hundiendo la producción nacional. Ejemplos como éste abundan, ya que las multinacionales aprovechan cualquier brecha para romper las alianzas comerciales de los países de la región.
El presidente Tabaré Vázquez fue el primero en proponer, en setiembre del año pasado y eufórico luego de una visita a Estados Unidos, la firma de un TLC con el país del norte. De esa manera se supedita la política exterior del país a los vaivenes del comercio internacional, poniendo al timón de mando los más recientes resultados comerciales por más precarios que sean. Estados Unidos compra productos con muy bajo valor agregado mientras Brasil, por ejemplo, importa productos industriales. Grave porque, como se sabe, el menor vaivén en el mercado mundial o en la cotización del dólar, modificaría el panorama comercial.
En el fondo, los gobernantes uruguayos tienen otros objetivos y parecen empeñados en promover un viraje de largo aliento de sus alineamientos internacionales. El objetivo consiste en diseñar una estrategia "equilibrada" que mantenga al país "vinculado a la región pero que le abra posibilidades fuera de ella". De esa manera, razona Astori, Uruguay tendrá mayores posibilidades de negociación en la región "en la que Argentina y Brasil han tomado actitudes bilaterales que dañan las posibilidades de los países pequeños". El precio de ese realineamiento es convertirse en peón de los intereses de Washington justo en el momento en que parece cuajar una cooperación energética que podría ser -como lo fue el acero en Europa- la locomotora de la integración regional.
Se trata de una forma de presión sobre los vecinos similar a la que lleva adelante Paraguay al firmar un acuerdo de inmunidad para las tropas estadunidenses que ingresan al país. Zancadillas irresponsables que no pueden justificarse en el egoísmo comercial de Brasil y Argentina ya que lo está en juego es mucho mayor. El ministro José Mujica, ex guerrillero y jefe del sector más votado de la izquierda, señaló que los acuerdos del Mercosur "no sirven para un carajo" y acusó a Argentina de "sabotaje de la temporada turística" por los cortes de los puentes. Omite que Uruguay tiende a convertirse, en la nueva división internacional del trabajo, en país monoproductor de celulosa, agudizando la dependencia nacional y la exclusión social. Lo peor es el pobre mensaje ideológico que hay detrás de la defensa de estas inversiones a las que se denomina "desarrollo".
Para evitar una grave crisis en su gabinete, Vázquez decidió postergar una decisión sobre el TLC, porque eso lleva su "tiempo político". Pero dio el aval para que vuelva a funcionar la comisión bilateral entre ambos países para discutir la apertura comercial. De modo simultáneo, tomó una decisión que ilustra cómo su gobierno pone distancias con los vecinos: decidió no acudir el próximo domingo a La Paz para la asunción de Evo Morales. En realidad, más trabas a la integración. En los hechos, Paraguay y Uruguay se han convertido en los aliados con los que Washington puede contar en el Mercosur para entorpecer la colaboración entre los dos grandes de la región y aislar a Venezuela.
A lo largo de 2006 se irán decantando las posiciones y se estabilizarán las alianzas posibles. Si se consigue poner en marcha la construcción del gasoducto de 8 mil kilómetros que uniría Venezuela con Argentina, y por lo tanto a todos los países sudamericanos, la integración habrá dado un salto gigantesco. Todo depende de que el eje Brasilia-Buenos Aires- Caracas tome el suficiente impulso como para atraer a su órbita a la Bolivia de Evo Morales, para lo que la brasileña Petrobras y el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva deberán hacer algunas concesiones. Si esto sucediera, el Mercosur y sus rencillas darían paso a una alianza más vasta y más profunda siempre que consigan ir más allá de los límites que impone el "libre comercio"
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Acto por los derechos civiles y politicos ante el BEC
Arnaldo Otegi: «Nos acercamos al proceso de soluciones al conflicto»
Portavoces de EA, AB y ELA intervinieron también en el acto multitudinario del BEC
El rechazo a la suspensión de actividades de Batasuna y la defensa de la apertura de un proceso de solución al conflicto unieron a miles y miles de abertzales ante el BEC después del veto judicial al Congreso de Batasuna. Tras intervenir portavoces de EA, AB y ELA, Arnaldo Otegi reclamó «tranquilidad y confianza» y subrayó que los ataques se producen precisamente «porque están perdiendo».
Barakaldo
Gara
La decisión de volver a suspender cautelarmente las actividades de Batasuna, entre ellas el acto político que tenía previsto celebrar ayer en el BEC, fue respondida por miles y miles de personas y una unidad de acción política y sindical que defendió en Barakaldo los derechos civiles y políticos, al tiempo que reivindicó para la ciudadanía vasca la palabra y la decisión sobre el futuro de EuskalHerria.
Ni los abundantes medios de comunicación presentes en la explanada ni los miles de asistentes conocían en qué iba a consistir el acto convocado por un grupo de ciudadanas y ciudadanos de Ezkerraldea. Y lo que se pudo ver junto al BEC constituyó una foto política histórica. Nunca hasta la fecha habían tomado la palabra en una misma concentración política portavoces de ELA, Abertza- leen Batasuna, Eusko Alkartasuna y dirigentes de la izquierda abertzale como Arnaldo Otegi. Y todos ellos con un mensa- je claro y rotundo de respuesta a las actuaciones represivas del Estado español y de defensa de un proceso que lleve a este país a un escenario nuevo.
En Barakaldo estuvieron ayer presentes, además, los integrantes de las delegaciones extranjeras que iban a acudir como invitadas al Congreso de Batasuna. Subieron al escenario representantes de partidos y organizaciones llegados desde Castilla, Madrid, Catalunya, Galicia, Palestina, Escocia, Italia, Noruega y muchos otros lugares del mundo. En nombre de todos ellos se dirigió a los asistentes el portavoz del Sinn Féin quien, rodeado de las banderas de todos estos pueblos, saludó la determinación de los congregados en la lucha por la independencia y los derechos. Exigió el fin de la ilegalización de Batasuna y del macroproceso 18/98, recordó que en 1992, al inicio del proceso irlandés, también a su partido se le prohibió celebrar un congreso y acabó afirmando que «nuestro día llegará».
Tras el canto conjunto de "La Internacional", subieron al escenario representantes de EA, Aralar, AB, Zutik, Batzarre, Batasuna, ANV, ELA, LAB, ESK, STEE, HIRU y EHNE.
Después de que el presentador del acto señalara que allí se estaba dando «una respuesta como pueblo» y evocara el mensaje de Telesforo de Monzón de llegar juntos hasta Maltzaga y que cada cual coja después su camino, el primero en intervenir fue German Kortabarria, de ELA. Denunció que no se puede considerar Estado de Derecho al que deja partidos fuera de la ley, detiene a militantes de la cultura, cierra periódicos y «ha creado su Guantánamo particular para los presos políticos vascos». Anunció que, frente a la represión, el acto de ayer es un ejemplo y que habrá más.
Peio Etxeberri, de AB, lanzó a Madrid el mensaje de que «el problema de aquí es de todos los vascos» y a París el de que no piense que el problema le es ajeno. A ambos les exigió que dejen en paz a Euskal Herria.
Por EA intervino su secretario general, Unai Ziarreta, que exigió no sólo la posibilidad de defender todas las ideas, sino también de llevarlas a la práctica si obtienen el respaldo mayoritario de la población.
Arnaldo Otegi fue el más aplaudido de los oradores. Destacó que habrá más obstáculos, a los que hay responder ahondando en el proceso hacia un escenario democrático.
En último lugar tomó la palabra un portavoz de los convocantes, que agradeció a los asistentes su defensa de los derechos civiles y políticos, y lamentó que algunos partidos no se hubieran sumado al acto. En concreto, pidió al PNV «que se quite los michelines políticos que no le han dejado acudir». Arreciaron entonces los gritos de «PNV español».
La concentración finalizó con el canto del "Eusko Gudariak" y sin incidentes, pese a la presencia de decenas de furgonetas de la Ertzaintza en las inmediaciones del BEC.
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Pinochet + concertación = Bachelet
José Steinsleger/ I
La Jornada
La Fogata
Cuenta Jenofonte (V aC) que en la ceremonia destinada a seducir a un rey de Tracia, un señor de Atenas llamado Gnesipos ordenó que los integrantes de su séquito debían entregar al soberano un caballo blanco, un joven esclavo y vestidos para sus mujeres.
Gnesipos explicó al rey el antiguo uso según el cual, para hacerle honor, los ciudadanos más ricos de su tierra tenían la obligación social de hacer donativos, que a su vez daba a los que nada tenían.
Estos gastos de interés público (llamados liturgias) eran hechos "para placer del pueblo"; demostraban poder y sólo podían permitírselos quienes tenían derecho a mezclarse en la política.
Dos mil 500 años después, en un reino de América del Sur que andaba muy hostigado por el pueblo a causa de la opresión, un grupo de señores de la política pactó con el rey y le ofreció un sistema de gobernabilidad llamado concertación.
Pinochet, rey de Chile, preguntó: "¿y cómo garantizaréis la paz de los míos?" Al unísono, los jefes de la concertación respondieron: ¡Con la "alternancia"!
El soberano consultó a Patricio Guzmán, su delfín. Admirador del monarca Francisco Franco y estudioso de la llamada "transición" española, Guzmán acabó por aceptar que su modelo resultaba menos perverso que el de la concertación, puntillosamente supervisado por Felipe González, señor de Anda-lucía. Sin embargo, algunas de sus iniciativas fueron incorporadas al esquema concertacionista.
Con el correr del tiempo, los déspotas y señores del mundo intentaron copiar (sin éxito) los principales aciertos del pacto Pinochet-concertación, a saber:
- Capacidad para engatusar al centro político de la sociedad sin que drenen votos por derecha y cuidando los de izquierda.
- Obsecuencia, arribismo y complacencia que los miembros de la concertación prodigan a los cómplices del rey.
- Régimen de democracia excluyente y marginación de cualquier otro proyecto de "alternancia" entre bloques de poder.
- Imaginación para silenciar el impacto devastador de esclavitud social y saqueo económico antes y después de Pinochet.
- Continuidad de la política impuesta durante el despotismo sangriento, ahora aplicada por otros medios.
- Notable trabajo conservador de masas, en la base popular.
- Rito democrático sin objeciones, donde las clases sociales se funden imaginariamente en el llamado neoliberalismo, capaz de relativizar todas las diferencias.
Según el sociólogo Emir Sader, el neoliberalismo sería un modelo hegemónico -y no sólo una política económica-, una concepción de política, un conjunto de valores mercantiles y una visión de las relaciones sociales dentro del capitalismo. Su reemplazo no significa necesariamente una ruptura con el capitalismo.
El sistema chileno ha dado a tal punto resultado que en los pasados 15 años el rey de reyes ya no repara si en Chile gobiernan políticos progresistas o políticos retrógrados.
En julio pasado, el embajador del imperio en Santiago, William Brownfield, elogió la política neoliberal desarrollada por el país sudamericano y afirmó que el gobierno de Ricardo Lagos era uno de sus mejores aliados en la región. Nombrado luego embajador en Venezuela, Brownfield declaró sentirse muy satisfecho del alto nivel alcanzado en las relaciones bilaterales y recomendó el modelo chileno a los demás países de América Latina.
Entre otras curiosidades del modelo destaca el modo de "medir" la pobreza del reino. Como no se mide a todos los pobres, sino a los que únicamente padecen extrema miseria, "de 1990 a la fecha hemos reducido la pobreza de 40 a 18 por ciento", asegura la presidenta electa Michelle Bachelet.
La magia pitagórica carece de misterio, pues la encuesta oficial para detectar desempleados considera que una persona tiene empleo si ha trabajado una hora en la semana, sin importar el resto de días, ni la previsión social ni el sueldo ni el tipo de contrato laboral.
Cerca de 46 por ciento de los trabajadores están por debajo de la línea de pobreza. En 2001 el señor Ricardo Lagos prometió 200 mil nuevos empleos y 140 mil en 2002. Pero el primer año destruyó 100 mil 770 puestos de trabajo. Cosa de Ripley, en el reino de Chile el desempleo aumenta de la mano del crecimiento económico.
La producción crece, aumentan las exportaciones, ingresa más dinero a la economía, pero la gente tiene cada vez menos trabajo. El informe trimestral sobre el empleo enfrió el entusiasmo levantado por 5 por ciento de crecimiento del producto interno bruto (PIB). La prensa del reino, totalmente domesticada, minimizó la mala noticia.
Sin embargo, el llamado "consenso" es lo que más llama la atención de los mercaderes de la política mundial. Según el sociólogo chileno Tomás Moulián, el consenso sería la "etapa superior del olvido... la presunta desaparición de las divergencias respecto de los fines... la renuncia al discurso con que la oposición real había hablado en épocas de lucha: el lenguaje de la profundización de la democracia y del rechazo del neoliberalismo".
"La declaración del consenso manifiesta discursivamente la decisión del olvido absoluto. De olvidarlo todo", dice Moulián.
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"Revolución socialista o caricatura"...en Bolivia
Celia Hart
La Fogata
"Pequeñas nacen las grandes cosas, su poder está en su crecimiento"
Rabidranath Tagore
Parecería que hoy, frente al futuro que comienza a abrirse en América de vez en vez más radical, con un indio en el poder en la enigmática Bolivia, sonase como el eco del Big Bang, allá cuando nació el mundo, las palabras ardientes, y no siempre recordadas de la II Declaración de La Habana. Sobre todo, cuando se dijeron en el particular tono de aquel argentino que llegó desde el Sur a México, hizo la revolución en Cuba y se marchó precisamente a Bolivia a concluir sus labores de amor.
En 1964 dentro del edificio de Naciones Unidas, vestido de guerrillero y con aquella voz que nos revuelve todavía el corazón, declaraba el Che en nombre del pueblo cubano: "Con lo grande que fue la epopeya de la independencia de América Latina, con lo heroica que fue aquella lucha, a la generación de latinoamericanos de hoy le ha tocado una epopeya mayor y más decisiva todavía para la humanidad. Porque aquella lucha fue para librarse del poder colonial español, de una España decadente, invadida por los ejércitos de Napoleón. Hoy le toca la lucha de liberación frente a la metrópoli imperial más poderosa del mundo, frente a la fuerza más importante del sistema imperialista mundial y para prestarle a la humanidad un servicio todavía más grande del que le prestaron nuestros antepasados.
Pero esta lucha, más que aquella, la harán las masas, la harán los pueblos; los pueblos van a jugar un papel mucho más importante que entonces; los hombres, los dirigentes importan e importarán en esta lucha menos de lo que importaron en aquélla.
Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados, la van a escribir las masas progresistas; los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina; lucha de masas y de ideas; epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño. Nos consideraban rebaño impotente y sumiso; y ya se empieza a asustar de ese rebaño; rebaño gigante de doscientos millones de latinoamericanos en los que advierte ya a sus sepultureros el capital monopolista yanqui." 1
Muchas polémicas se desbordan a partir del abrumador éxito electoral de Evo Morales. De un lado al otro del llamado espectro de la izquierda se suscitan posiciones bien distintas, para no hablar de los ridículos escupitajos de la derecha, de los cuales no vale la pena gastar una palabra ¡Infelices! Si algún sentimiento puede provocarnos esas críticas son en verdad sentimientos de risa contenida por cierta piedad. A los Olimpos llega el representante de los olvidados del mundo con su carga milenaria de aspiraciones, y tienen que recibirlo con toda esa pompa ridícula, y tienen que hacerse las fotitos con sonrisa "Colgate", y tiene que sentarlo a la mesa llena de copas de bacará. Esta gira de Evo Morales nos ha ayudado a reírnos una vez más de los homenajes formales de esa diplomacia. Pero en fin este no es nuestro cuento.
Las expectativas de los comentaristas revolucionarios se concentran a partir de lo ocurrido en ese país desde hace un par de años; las declaraciones de Evo Morales y su ejecutivo, entre sus coherencias y ambivalencias.
Por suerte contamos con excelentes trabajos que describen los hechos como tales. Desde la batalla contra la privatización del agua en Cochabamba en el 2000; la de Chaparé en el 2003 en defensa de la hoja de coca, dejando una decena de cocaleros muertos, y la de La Paz en contra del impuesto sobre los salarios con 30 muertos, y por supuesto la gigantesca manifestación por la nacionalización del gas en el 2003 poniendo de patitas en la calle a Gonzalo Sánchez de Lozada al costo de casi cien muertos.
Ni siquiera la solución de Carlos Mesa les supo bien a los bolivianos que, sabiendo de su fuerza interior y sin poder esperar porque sus organizaciones y partidos entienden de una buena vez su razón de ser en este mundo, lo hicieron salir volando de la silla presidencial.
Adolfo Gilly en un memorable artículo en la Jornada nombró a Bolivia como la primera revolución del siglo XXI. Dice Gilly: "En la insurrección boliviana despuntó una combinación inédita de rasgos antiguos y modernos y un uso nuevo de la violencia popular. Más que explicar la insurrección del altiplano por comparación con las revoluciones del pasado, hay que analizarla en relación con las transformaciones de la sociedad de las formas de dominación del capital establecidas desde la última década del siglo XXI.
Si esto es así, en la violenta y victoriosa insurrección boliviana que culminó en octubre del 2003 estaríamos ante la primera revolución del siglo XXI. Conviene tratar de descifrar sus contenidos, sus motivaciones y sus presagios."2
Esta reflexión será mi punto de partida:
Cualquier análisis que se haga sobre el futuro de Evo Morales en la presidencia de Bolivia, deberá pasar por considerar que en Bolivia se gestó una revolución previa a las urnas. Y que las urnas fueron una de las salidas encontradas a un conflicto tan profundo que su solución no pasará necesariamente por la pertinencia o no de Evo Morales.
Atilio Boron apuntó: "Morales tiene ante sí un desafío extraordinario. Sabe que, tal cual lo advirtiera José C. Mariátegui, el socialismo en América Latina será una empresa heroica, y que no podrá ser "calco y copia." Será preciso animarse a crear, a buscar un camino propio. Como dijera ese lucidísimo intelectual de nuestra independencia, el venezolano Simón Rodríguez, "o inventamos o erramos." Evo tendrá que inventar, y actuar muy resueltamente, si no quiere errar. Fidel, a su vez, lo repitió una y otra vez: "cada vez que copiamos nos fue mal." Si hay algo original e inimitable en la historia de los pueblos son las revoluciones. Ninguna revolución puede ser "calco y copia."
Podría objetársenos la introducción de la palabra "revolución" en todo este discurso. En el imaginario clásico de la izquierda aquélla se asocia con la conquista violenta del poder político, con el "acto" revolucionario por excelencia, perdiéndose a menudo de vista el largo -muchas veces subterráneo y silencioso- proceso que conduce a esa victoria. Queda en pie la incógnita, nada teórica por cierto: ¿cuándo y cómo comienza una revolución? En el discurso pronunciado en la Universidad de Concepción, en Chile, durante su visita a ese país en 1971, Fidel se refería a este tema y, por añadidura, a la compleja dialéctica que entrelaza reforma y revolución en los siguientes términos: "La revolución tiene distintas fases. Nuestro programa de lucha contra Batista no era un programa socialista ni podía ser un programa socialista, realmente, porque los objetivos inmediatos de nuestra lucha no eran todavía, ni podían ser, objetivos socialistas. Estos habrían rebasado el nivel de conciencia política de la sociedad cubana en aquella fase; habrían rebasado el nivel de las posibilidades de nuestro pueblo en aquella fase. Nuestro programa cuando el Moncada no era un programa socialista. Pero era el máximo de programa social y revolucionario que en aquel momento nuestro pueblo podía plantearse."3
Varias reflexiones me suscitan este análisis:
En primer lugar ninguna revolución ha sido calco y copia de otra, aunque a decir verdad, por eso mismo, son tan idénticas en lo esencial, a saber la toma del poder. Una revolución socialista, implica inevitablemente la toma del poder, despojando a la oligarquía de sus posesiones. Como se haga; los recursos que se usen, variarán por supuesto del obrero ruso al indio boliviano, mas esto es forma y no esencia.
Segundo que si por ventura, con un discurso o buenos modales se le convence a la burguesía, a las trasnacionales del gas, a la Casa Blanca y al FMI que se marchen a casa y que acepten que Bolivia es para los bolivianos... ¡mucho mejor! Será que estaremos verdaderamente en una fase nueva de la evolución humana.
Pero lo dudo mucho.
Me pondrán de seguro el ejemplo de revolución bolivariana. Mas en Venezuela no hubo que nacionalizar el petróleo que financia la maravillosa obra social de Hugo Chávez y su gobierno. Hubo no más que dejar de robarlo. La revolución en Venezuela la comenzó Hugo Chávez y los militares patriotas. El siglo XXI nos quiere regalar una revolución que surge precisamente a la inversa.
Tercero. Si de José Carlos Mariátegui se trata, volviendo al compañero Atilio Boron y la socorrida frase de "calco y copia" y el sentido de lo heroico, que parece servir como comodín de la baraja, le puedo citar una contrapartida del propio Mariátegui: "Todos los que como Henri de Man predican y anuncian un socialismo ético, basado en principios humanitarios, en vez de contribuir de algún modo a la elevación moral del proletariado trabajan inconciente, paradójicamente de su rol civilizador. Por la vía del socialismo "moral", y de sus platicas antimaterialistas, no se consigue sino recaer en el más estéril y lacrimoso romanticismo humanitario, en la más decadente apologética del "paria", en el más sentimental e inepto plagio de la frase evangélica de los pobres de "espíritu."
El socialismo ético, pseudocristiano, humanitario, que se trata anacrónicamente de oponer al socialismo marxista puede ser un ejercicio más o menos lírico e inocuo de una burguesía fatigada y decadente, más no la teoría de una clase que ha alcanzado su mayoría de edad El marxismo es totalmente extraño y contrario a esas mediocres especulaciones altruistas y filantrópicas... En la lucha de clases, donde residen todos los elementos de lo sublime y heroico de su ascensión, el proletariado debe elevarse a una moral de productores muy distante y distinta de la moral de esclavos, de que oficiosamente se empeñan en proveerlo sus gratuitos profesores de moral, horrorizados de su materialismo." 4
Es un duro parlamento, quizás exagerado, mas de una vez deberemos entender a que llamaba Mariátegui "sentido de lo heroico". Tampoco me gusta suscribir al dedillo a ningún pensador. Pero hacía ya tiempo que me llamaba la atención como se usa a Mariátegui como un pensador antepuesto de alguna manera al marxismo, justificando un cierto reformismo autóctono o indigenista etc. Lo herético en él, igual que el Che, Rosa, Trotsky y tantos otros radica precisamente en su consecuencia marxista, no al revés.
Cuarto: En relación al comentario, que hace Boron de Fidel Castro y la Historia me Absolverá: Es recurrente, algo así como que no podemos pedir de momento el socialismo en Bolivia porque éste no era inclusive el propósito de Fidel en 1953. No estoy de acuerdo con esto último. El programa del Moncada fue un programa destinado a una revolución socialista. Revolución concebida como único es posible concebirla: en el dinámico concepto de revolución permanente. Veamos que dijo Fidel hablando del mismo tema en 1988:
"Pero sí, ya desde entonces ¿éramos marxistas?; si nosotros pudimos interpretar la realidad de nuestro país, es porque ya habíamos aprendido el marxismo-leninismo... (...) Ya nuestro Programa del Moncada era una preámbulo del socialismo y ya nosotros éramos socialistas y marxistas-leninistas, y si no habríamos llegado a la esquina."5
La revolución de Fidel no sólo llegó a la esquina sino recorrió toda la ciudad. De no ser socialismo lo que se traían los combatientes entre sus objetivos no habrían logrado ni uno solo de sus objetivos.. Muy sencillito. Pero ajustaron las acciones a las necesidades concretas. Eso es nada más y nada menos que un clásico (casi el mejor) de la revolución permanente. No veo de qué otra forma hubiese podido el gobierno revolucionario nacionalizar las empresas, ni realizar la Reforma Agraria, ni todo lo que hizo, e incluso hace. Por supuesto que no lo hicimos el primero de enero de 1959, pero a medida que transcurrían los meses el proceso se radicalizaba velozmente y se llegó a la I Declaración de la Habana con el proyecto socialista como una obviedad. Ni los más ingenuos pensaron que aquello no sería socialismo. El pueblo cubano condensó esta realidad en una frase: "Si Fidel es comunista que me anoten en la lista."
De eso se trata: De mantener el proceso en movimiento y pujando hacia el socialismo de manera permanente. Evo Morales y su gobierno tienen todas las condiciones del mundo para ello. No tienen que complacer a la oligarquía de Santa Cruz ni a las trasnacionales de España y Brasil. El pueblo que lo eligió con abrumadora mayoría le está pidiendo precisamente todo lo contrario.
Algunos compañeros de izquierda han llegado incluso, sin necesidad alguna, a injuriar con saña el magnífico trabajo de James Petras6, aunque no lo suscribamos cien por cien.
Aprovecho para señalar que por fortuna contamos con muchas apreciaciones diferentes y que calumniar de extremista o perverso algún artículo por el hecho de emitir sus juicios, carece de toda utilidad. James Petras al igual que Atilio Boron, al igual que el inmenso espectro de izquierda cumple con su deber de exponer los hechos y sacar las conclusiones pertinentes, estemos o no estemos de acuerdo con ellas.
En definitiva la última palabra la tendrán los trabajadores de Bolivia, mas nos es útil toda reflexión bien intencionada, y sin dudas ésta del compañero Petras la es.
La polémica que se esconde en todos los comentarios sobre Bolivia la podemos simplificar (con los errores que contrae toda simplificación) en una sola: ¿Impulsará Evo Morales la revolución socialista en Bolivia o se quedará en reformas al capitalismo? ¿No serán los nuevos bautizos del socialismo pretextos para la reforma dentro del capitalismo? ¿Socialismo del Siglo XXI, o socialismo andino...o todas esas peripecias lingüísticas?
El vicepresidente Álvaro García Linera dijo en una entrevista: "El capitalismo andino es como imaginar la modernidad en el capitalismo por un tiempo más a mediano o corto plazo, pero donde el potencial comunitario, artesanal y semi mercantil despliega sus propias capacidades de generación y distribución de riqueza, de creación de saberes y tecnología. Esta economía de comunidades indígenas, colonizadores, pequeños productores está vinculada al capitalismo clásico, pero no está triturada, subsumida o desconocida brutalmente por esa racionalidad."7
Muy bien, pues podría pensarse que estamos de regreso a un capitalismo con rostro humano. Mi pregunta latente es si éste es el socialismo andino o el capitalismo andino.
Tampoco se trata de que rápidamente Evo tome medidas de carácter socialista o no. Sí, la revolución es un proceso, se mide por variables dinámicas. Cada instante de tiempo debe ser más socialista que el instante de tiempo inmediato anterior. Estas deberán ser nuestras mediciones. En este sentido el artículo de James Petras nos ofrece datos experimentales muy acuciosos.
Me llamó la atención también las declaraciones del mencionado Vicepresidente frente a la nueva definición del capitalismo andino: "Esa es una definición académica, que he usado y constata de manera práctica que Bolivia, por sus propias características como sociedad no puede transitar a un socialismo sin haber pasado antes por una etapa capitalista. El socialismo es la maduración extrema del capitalismo y en nuestro país no hay capitalismo. En Bolivia el 70% de los trabajadores de la ciudad son de economía familiar. No se construye el socialismo sobre esta base, sino sobre la base de una gran industria, que es lo que no tenemos. No podemos construir el socialismo sobre la base de una población rural, un 95%, que vive de una economía tradicional comunitaria. El capitalismo Andino es un régimen que se funda en la realidad de Bolivia donde las potencialidades indígenas, campesinas, familiares se articulan en torno a un proyecto de desarrollo nacional y de modernización productiva."7
¡Así que sólo se construye el socialismo en países altamente desarrollados! ¡Dios mío, a estas alturas Lenin, Mao y Fidel pueden irse arrepintiendo de sus hazañas!, además precisamente el Che Guevara no escogió Bolivia para ofrendar sus esfuerzos con el objeto de construir un capitalismo andino, de esa manera definido. Nada feliz la intervención de un Vicepresidente que llega al gobierno en un país donde las masas sin dirigencia patente lograron arrebatarle el poder a sus gobernantes precisamente por medidas absolutamente radicales y posibles de realizar.
Bien dice Guillermo Almeyra en un reciente trabajo: "El éxito de Morales no se explica por éste ni por su confuso programa ni, menos aún, por el "capitalismo andino", que para las elecciones sacó de su galera su vicepresidente, Álvaro García Linares, y que se marchitará en este año mismo."8
Sigue diciendo García Linera: "Esa (capitalismo andino) es una definición académica, que he usado y constata de manera práctica que Bolivia, por sus propias características como sociedad no puede transitar a un socialismo sin haber pasado antes por una etapa capitalista. El socialismo es la maduración extrema del capitalismo y en nuestro país no hay capitalismo."7 Bueno, a saber: ¿Qué es lo que hay en Bolivia sino es el más brutal capitalismo neoliberal? Y esto de las etapas... me resulta harto conocido y harto molesto. Este concepto no lo inventó el Vicepresidente ¿Para hacer el socialismo es necesario construir el capitalismo?, o sea, pasar de un capitalismo neoliberal al capitalismo andino y de ahí al socialismo ¿El etapismo del siglo XXI? Espero que no.
El Che Guevara marchó a Bolivia por considerarla el eslabón más débil de la cadena, no creo que le hubiese gustado fortalecer ese eslabón... Pues el Che "en ningún momento acepta que en América Latina (y en el mundo diría yo) las tareas consistan en construir una "revolución nacional", democrática", "progresista", o un capitalismo con rostro humano, que deje para el día de mañana el socialismo. Plantea de una manera tajante, muy polémica, que si no se plantea a la revolución socialista, eso es caricatura de revolución, que a la larga termina en fracaso o en tragedia, como pasó tantas veces."9 De eso se trata en Bolivia; o se hace socialista, o no significará absolutamente nada, a no ser retroceso.
Por supuesto que no tiene caso comparar a Bolivia con Brasil o Argentina Es un sencillo problema aritmético. Reformas sociales, por profundas que sean no bastaran para construir el socialismo que es lo que están demandando en Bolivia, háyanse leído o no allí una sílaba del pensamiento marxista.
Jorge Gómez Barata plantea: "El atraso secular de Bolivia, ofrece oportunidades de realizar algunas metas de carácter nacional, no necesariamente clasistas y que pueden y deben ser abordadas desde una plataforma de ancha base, como son el restablecimiento de la soberanía sobre las riquezas nacionales, sin necesidad de expropiaciones ni confiscaciones prematuras o que no resulten estrictamente necesarias"10
¡No! No estoy de acuerdo con el plateo de este excelente periodista. Para una burguesía nacionalista y populista pudiera ser esta una manera de analizar las cosas. No fue para esta reconciliación de clases que se desangró el pueblo de Bolivia tomando La Paz. La única oportunidad que ofrece a mi juicio, el atraso de Bolivia es avanzar cuánto antes a nacionalizar los hidrocarburos, proclamar la Constituyente, legalizar sin restricciones la hoja de coca y aplastar sin misericordia a las trasnacionales que condenaron a ese país al fracaso. No es cierto que puedan convivir la opulencia y la miseria. Me temo que eso se demostró hace mucho más de un siglo.
Revolución socialista o caricatura de revolución, que terminará (con la gracia de Dios) superada por tercera vez por los trabajadores de El Alto, de Chaparé, de La Paz, etc. en voz y manos de los dueños de ese país, que son en estos instantes los dueños de nuestros más sagrados sueños.
Otro aspecto que se ha comentado mucho por estos días, relacionado con el caso boliviano es la revolución por vías pacíficas.
La primera en demostrar esa imposibilidad fue la propia Bolivia, levantada en "guerras" como mismo sus protagonistas caracterizan. Cuando una bendita multitud bajó de los cerros a reclamar justicia. No precisaron para ello a Evo Morales, ni a nadie más.
Con honestidad no veo de qué manera es posible que los dueños dejen sus propiedades, entregando felices las llaves de sus empresas al pueblo boliviano.
Veamos lo que dijo el Che: "¿Es posible o no en las condiciones actuales de nuestro continente lograrlo (el poder socialista, se entiende) por la vía pacífica? Nosotros contestamos rotundamente: En la mayoría de los casos no es posible. Lo más que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del poder, y el tránsito al socialismo de aquel gobierno que, en las condiciones de la legalidad burguesa establecida llega al poder formal, deberá hacerse también en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una manera u otra, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales."11
Por eso pienso que nada de lo que ocurre es absolutamente nuevo en el pensamiento revolucionario. Aunque me resulte imposible de creer, parecería resurgir... ¿la coexistencia pacífica? No. Se le terminó el tiempo y el dinero a esta teoría estalinista lanzada al subsuelo de las erratas conceptuales de la historia. Mas sin embargo muchos, como García Linares pulsan esas desafinadas teclas.
En una suerte parodia de la Internacional, pues la que fundó Lenin ya la había disuelto Stalin, se promulgaba algo que ando escuchando hoy muy a menudo como si se tratara de una verdadera novedad: "La clase obrera y su vanguardia el partido marxista-leninista tienden a hacer la revolución por vía pacífica."12
La revolución bolivariana, que no socialista ya tuvo un primer incidente violento en el 2002. No se me ocurre que dado el caso, como es que en Bolivia se expropien las trasnacionales, sus dueños permanezcan en paz. La paz no es música que suene con timbre...en La Paz.
De hecho Evo Morales hizo unas declaraciones acerca del Che, que me molestan, con todo y lo que digno es de admirar el líder cocalero. Menos aun decirlas el día de hoy, mucho menos decirlo al que le han apostado su vida los revolucionarios bolivianos. Un boliviano no debería decir eso jamás: "Al recordar al guerrillero Ernesto "Che" Guevara, que murió en Bolivia, el líder socialista boliviano dijo que "la única discrepancia con él es que se levantó en armas" y el movimiento social que Morales representa ha llegado al poder "mediante los votos"."13
Evo Morales llegó al poder por las formidables manifestaciones de ese país, estando el en Europa. En relación al Che y las armas... no sé que debería haber hecho en Bolivia el guerrillero heroico... ¿Cantar la Marsellesa?
Aprovecho por cierto por condenar con todas las fuerzas que pueda tener, y en convocar para que todo revolucionario que asuma esa palabra condene las últimas declaraciones acerca de nombrar vitalicios a los militares asesinos, fariseos y proyankees que intervinieron en la captura y el asesinato del Che en la Higuera. Así dice un reporte de la Jornada.
"Militares bolivianos que capturaron y asesinaron al guerrillero argentino cubano Ernesto Che Guevara en 1967, fueron declarados beneméritos de la Patria y no podrán ser retirados de los cargos públicos que ocupen, informaron fuentes oficiales citadas por la agencia Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol).
"Los miembros del nuevo gobierno son guevaristas, pero tienen que ver la importancia de los bolivianos que defendieron a la patria en 1967, gente que ofrendó su vida para salvarnos del comunismo", señaló el diputado Carlos Nacif, ex presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara y uno de los impulsores de la medida."14
En Bolivia , si es que aspira con sinceridad a seguir el camino de la dignidad, tendrá que borrar la palabra beneméritos como calificativo a los asesinos del Che ¡Qué sea esa la primera resolución de la Asamblea Constituyente! Si se sostienen con el calificativo los que por sus propias palabras "salvaron a Bolivia del comunismo", despedazando en vida al mejor revolucionario de la historia del mundo, entonces... ¡Qué se alce nuevamente en peso ese país y esta vez mucho mejor! Y si no lo hace, no tendrán derecho en sus marchas de enarbolar su imagen. Mucha responsabilidad tienen hoy los revolucionarios bolivianos.
En un artículo de Jorge Martín se señala con acierto: "La dirección de las organizaciones obreras y campesinas han jugado un papel clave en esto. Por un lado el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales siempre ha insistido en el camino parlamentario. Evo Moral, que estuvo ausente del movimiento de octubre de 2003, ayudó a apuntalar al presidente Mesa. Cuando éste último se enfrentó a un movimiento revolucionario de masas, Morales ayudó a la clase dominante a encontrar una salida constitucional en la forma del presidente Rodríguez. Por otro lado, los dirigentes de las organizaciones más radicales de obreros y campesinos, debido a su falta de una perspectiva clara en el momento crucial, fueron también responsables de desperdiciar dos oportunidades cruciales. La dirección de la Central Obrera Boliviana (COB) incluso hizo un análisis muy agudo de sus deficiencias durante el movimiento de octubre de 2003: "Si los trabajadores no tomaron el poder fue debido a la ausencia de un partido revolucionario", esto es lo que dijeron y tenían completamente la razón. En aquel momento, hubo una huelga general nacional con bloqueos de carretera por todo el país, mientras que una masa de trabajadores y campesinos enojados, con los mineros armados en primera línea, se reunieron a las afueras del palacio presidencial en La Paz exigiendo la dimisión del entonces presidente Sánchez de Lozada."15
La contundencia del apoyo popular a Evo Morales no es a mi juicio, esta vez, a "un personaje". El pueblo está votando por la esperanza de sus reivindicaciones desde el 2000. El pueblo trazó el programa que esta vez Evo Morales y su gestión deberán defender. El programa de gobierno se legitimó en las calles y sólo ése será el único que sirva. No tiene el nuevo gobierno demasiadas opciones.
A diferencia de la revolución rusa, y la cubana, ésta es una revolución que nació desde el sonido sordo de la tierra y no a partir de direcciones políticas como, sin discusión fue la de Lenin y es la de Fidel Castro. Las Tesis de Abril y el Programa del Moncada, acá se han escrito por voces y sangre anónimas. El gobierno tan sólo tendría que recurrir a las rebeliones y tendrá en un par de horas escrito su programa ¿Podrá hacerlo? ¿Esta Evo Morales a la altura de las circunstancias de ser el brazo legal de esa revolución? Esta vez (por fortuna) no bastará con las obras sociales. El gobierno elegido deberá trasformar a fondo la sociedad para que se cumpla, lo que pide la inmensa mayoría del pueblo que lo eligió. Y esas demandas amigos míos, de cumplirse sólo puede hacerse a través de una revolución socialista.
Me es claro que el socialismo en un solo país es imposible; pero Bolivia puede realizar una verdadera revolución socialista sin la menor vacilación. Sería un paso más, quizás el decisivo en América Latina.
El movimientos de empresas recuperadas en Venezuela y el radicalismo que el gobierno de Hugo Chávez ostenta; el prestigio absoluto de la revolución cubana con todo y sus dificultades actuales; los movimientos que se colocan ahora desde una izquierda desencantada del Presidente Lula et. al., las elecciones en México, con posibilidades reales para Andrés Manuel López Obrador, pero sobre todo con la contundencia que pudiera regalarnos "la Otra Campaña" protagonizada por el EZLN, a la que le apuesto, por cierto, toda mi alma, se verían beneficiados de una definición de la revolución boliviana. Bolivia puede incendiar nuevamente el continente.
No creo que podamos decir todavía que Evo Morales implantará políticas neoliberales, como trasluce el artículo de James Petras. Particularmente no lo creo. Pero tampoco estoy completamente segura que capitalizará todas estas posibilidades de revolución socialista que se abren en ese país. Evo podrá gobernar con poderes casi ilimitados. A la derecha no le tiene que reír un solo cuento. Eso sí (y es buenísimo) tendrá las presiones de la izquierda. Las fuerzas de Bolivia están a la izquierda del gobierno. Por fortuna toda la gran presión interna que pueda tener el gobierno de Evo Morales será, quizás por primera vez, una muy saludable presión revolucionaria. La nacionalización de los hidrocarburos sin concesión alguna, la convocatoria a la Asamblea Constituyente, y la renuncia a cualquier acuerdo neoliberal constituirán esta vez los reclamos por los que tendrá que transitar este gobierno y nunca conciliando con la oligarquías o el imperialismo. Parece ser que estamos empezando a virar la tortilla, y ahora nuestros dirigentes tendrán que considerar mucho más a la izquierda ¡Aleluya!
En algo más concuerdo con James Petras: No basta ni con mucho, que Evo use poncho o levita. Caeríamos en la misma tontería de las formalidades capitalistas si a su vez concediéramos crédito a la parte exterior de los acontecimientos. Más importante son las medidas y el compromiso del líder cocalero. El asunto no está en el ropaje de Evo, ni el de sus tíos o su abuela humilde de la Orinoca; ni mucho menos en que proceda de origen indígena: No es folclor andino lo que se está discutiendo en Bolivia. No es un asunto racial. Evo no llegó al poder por su carita morena ni por su tímida sonrisa. Llegó al poder levantado en la cresta de una revolución. Posiblemente de la primera del siglo XXI, como sentenciara en el 2004 Adolfo Gilly. Una revolución con o sin Evo Morales. Pues tal como dice Gilly, "una revolución no es algo que pasa en el Estado en sus instituciones y entre sus políticos. Viene desde abajo y desde afuera. Sucede cuando entran al primer plano de la escena, con la violencia de sus cuerpos y la ira de sus almas esos que siempre están, precisamente abajo y afuera: los postergados de siempre, los dirigidos, aquellos a los que los dirigentes consideran sólo suma de votantes, clientela electoral... Sucede cuando éstos irrumpen, se dan un fin político, se organizan según sus propias decisiones y saberes y, con lucidez y violencia, hacen entrar su mundo al mundo de los que mandan y logran como en este caso, lo que se habían propuesto. Lo que viene después, vendrá después."2
Lo que le resta por hacer a la organización revolucionaria que deba comandarla, como el caso del MAS, es precisamente estar en esa frecuencia: abajo y afuera y no temerle jamás a la violencia, que mire usted nos andan desterrando poco a poco la palabra violencia de los procesos revolucionarios, de tanto usar "vías pacíficas", electoralismo y demás tonterías.
Al MAS no le queda otra misión histórica que alentar la revolución socialista. En ese país comete pecado contra la humanidad el que, por aspiraciones pueriles o conformistas, no impulse a ese pueblo a subir a la cima a donde llegó por instantes sin contar con nadie. Ahora en enero, cuando Evo tome el poder presidencial necesitaremos que esta revolución en ciernes en Bolivia avance y no quede a medio camino.
Vencerá en Bolivia aquella organización política que sea capaz de enrumbar las ansias populares. Esas reivindicaciones que son mucho más serias y profundas que el hecho simbólico de que un indígena sea recibido en la corte de Su Majestad que en realidad son no más crónicas para revistas de vanidades y modas.
El MAS y Evo pueden hacerlo, tienen toda la garantía y la gobernabilidad necesarias. Para eso tienen que ser fieles a la revolución y como decía el Che si no es socialista, será su triste caricatura.
Parafraseando a José Martí: o el MAS le abre definitivamente el cause a la revolución, o romperá la revolución sin cauce.
Dijo Rosa Luxemburgo en 1918, en "La revolución rusa: Un análisis crítico": "de esta manera se comprende cómo en toda revolución saben apropiarse de la conducción y del poder únicamente aquellos partidos que tienen el valor de lanzar la consigna avanzada y de llevar adelante todas las consecuencias. Así e explica el lamentable rol cumplido por los mencheviques rusos, quienes luego de haber disfrutado en un principio de extraordinario prestigio entre las masas, luego de haber fluctuado largamente entre una postura y otra y de haber luchado arduamente por rechazar la toma del poder y la adquisición de responsabilidades, fueron excluidos de la acción sin penas ni glorias.
El único que comprendió la ley y las obligaciones de un partido auténticamente revolucionario y que mediante la consigna de todo el poder al proletariado y a los campesinos, reafirmó la continuidad de la revolución, fue el partido de Lenin."16
Esperemos que el MAS esté a esa altura. Cuenta, por cierto con mucho más que con lo que contaba el partido bolchevique.
Termino con otras palabras de la II Declaración de La Habana: "Pero la hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la viene señalando, con precisión, ahora, también de un extremo a otro del continente. Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir.
Porque esta gran humanidad ha dicho: « ¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia."1
Ya sabemos que se defendió en Girón: La revolución socialista.
¡Que Evo Morales y el MAS defiendan en Bolivia lo mismo! El socialismo (sin confusos apellidos) será el único capaz de conquistar la justicia de los olvidados del mundo.
Referencias
Fidel Castro. II Declaración de La Habana. Obra revolucionaria , No 5 febrero 1962
Adolfo Gilly. Bolivia, una revolución del siglo XXI. La Jornada. 2 de marzo 2004
Atilio Borón. "La encrucijada boliviana".Rebelión 28 12 2005
José Carlos Mariátegui. Sentido heroico y creador del socialismo Colección pensamiento de Nuestra América. Casa de las Américas. Tomo I 1982
Fidel Castro. Encuentro con los partidos de izquierda (1988) México (Citado en el pensamiento económico de Ernesto Che Guevara Carlos Tablada. Nuestra América 2005 p. 39 )
James Petras. Evo Morales y Bolivia: Gestos populistas y fondo neoliberal. Rebelión 6 de Enero 2006
García Linera. entrevista a Bolpress 7 de Octubre de 2005
Guillermo Almeyra. Evo, los analistas y algunas sugerencias. La Jornada Enero 2005
Néstor Kohan. Ernesto Che Guevara Otro mundo es posible. Ed. Nuestra América, 2003 p 57)
Jorge Gómez Barata Despertar con Cuba. 9 de Enero 2006
Ernesto Che Guevara. "Tácticas y estrategia de la revolución latinoamericana". Octubre - Noviembre 1962( publicada en Verde Olivo el 6 de Octubre de 1968)
Néstor Kohan. Ernesto Che Guevara Otro mundo es posible. Ed. Nuestra América, 2003 p 57)
Agencia MORALES DICE BOLIVIA EJERCERÁ DERECHO DE PROPIEDAD SIN CONFISCAR EFE 4 de Enero 2006
La Jornada. 6 de Enero 2006
Jorge Martín. ¿Qué debemos defender los marxistas? WWW. elmilitante.org 17 de Diciembre 2005
Rosa Luxemburgo La revolución rusa. Un análisis crítico. Publicado en "Sobre la revolución rusa, Ed. Grijalbo. México 1980
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Gobiernos de izquierda y neoliberalismo: el sentido común de la derrota
Andrés Núñez Leites
Rebelión
La Fogata
La confusión campea por la arena política uruguaya en el sentido amplio: desde el parlamento, pasando por los sindicatos y los movimientos sociales, hasta las rondas de amigos y amigas de identidad izquierdista. Aún quienes se benefician de robustos mecanismos de defensa psíquica -capaces de opacar la contundencia del viraje neoliberal de la izquierda ahora en el gobierno-, sienten la incomodidad de ver a sus queridos representantes apoyando vehementemente las banderas del enemigo.
Neoliberal-mente
El neoliberalismo como política económica aparece como una reedición agiornada -en el discurso y en las técnicas de intervención sobre la realidad económica- de una de las dos grandes estrategias posibles en los modos de producción capitalista: la estrategia liberal, de derecha. Esto es: ante la decisión (no tanto por efecto de un convencimiento pretendidamente científico sino más bien como resultado de una correlación de fuerzas favorable) de acumular en torno al mercado externo, los sectores importadores, financieros y del capital trasnacional o, en caso contrario, en torno a un mercado interno más robusto, una política de salarios y distribución de la renta, y algún grado de industrialización y sustitución de importaciones -apuntando a mayores grados de libertad frente al mercado externo-, siempre con el estado como articulador de la economía, la vía (neo)liberal pasa por el primer término. Tradicionalmente las izquierdas reformistas enarbolaron (y en algunos casos de acce so al gobierno intentaron llevar a cabo) alguna versión del keynesianismo (en coincidencia con el segundo término de la opción que planteamos). Las experiencias populistas y socialdemócratas -que optaron por el segundo modelo de acumulación- tuvieron importantes logros ("leyes sociales", períodos de distribución más equitativa de la renta, progresos educativos, etc.) pero también rotundos fracasos (corrupción, clientelismo, pérdida de competitividad ante el deterioro de los términos de intercambio con el "primer mundo", imposibilidad de una reforma agraria modernizadora que permitiera una transferencia estable de recursos hacia el sector industrial, agresiones políticas las veces armadas patrocinadas desde EE.UU., etc.), que habilitaron -dictaduras militares mediante- el retorno del derechismo económico neoliberal.
Sin ánimo de profundizar en la complejidad de los ciclos político-económicos, apenas mencionaremos que podría decirse que cada oscilación pendular de las relaciones de fuerza hacia el liberalismo o el keynesianismo permitió el despliegue de distintos procesos que se supusieron dialécticamente, ambientando la emergencia de la estrategia contraria. Así, la aplanadora privatizadora y desreguladora de los 1990s, con sus enormes cuotas de empobrecimiento y desempleo, endeudamiento y dependencia, generaron el grado de frustración suficiente para que los partidos políticos de izquierda, con las aristas cortantes del marxismo bastante limadas, accedieran a un espacio preponderante en el discurso, con sus reclamos de construcción de una economía inclusiva. La vergonzosa retórica anti-izquierdista de los mass media no lograron más que retrasar la inminencia del ascenso de las izquierdas al poder en el Cono Sur.
Pero como anuncia el subtítulo, la hegemonía neoliberal trascendió la arena de las disputas económicas, y de hecho impregnó la cultura de esta zona del mundo. Esto quiere decir que para que las decisiones político-económicas amparadas en un discurso pretendidamente científico pudiesen ser aceptadas por la población, hubo un empleo conciente de los distintos aparatos ideológicos del estado. Mencionemos dos: el sistema educativo y los mass media.
La educación al servicio del consumo
Todas las reformas educativas en América Latina, en los años 1990s fueron diseñadas desde el Banco Mundial. Sí: la razón económica se erigió en dictadora de tendencias pedagógicas. Sobre la base de algunos estudios en África, se construyó un paquete reformista que se impuso junto a los empréstitos internacionales, incluso en países como Uruguay, donde la extensión del sistema educativo formal estatal no impidió la paradójica imposición de unos objetivos pedagógicos insólitamente pobres. De la construcción de ciudadanía a partir de la cultura general, se pasó a la formación en competencias para el manejo inmediato de información; del peso de los contenidos se pasó al imperio de los procedimientos técnicos; en términos generales se des-historizó la mirada de los estudiantes, privilegiándose la construcción de una perspectiva ingenua presentista, fascinada por la alta tecnología occidental. Todo esto sobre la base de un discurso pedagógico pseudo-constructivista refractado por u na interpretación pragmatista usamericana. Y para colmo, la escuela se convirtió en institución caritativa tendiente a contener la caída social: esto se justificó en el discurso haciendo hincapié en la dimensión socializadora en desmedro de lo formativo. Este proceso pudo además ser llevado adelante gracias a la compra de los líderes sindicales y pedagógicos de los docentes, quienes también colaboraron en la construcción de un discurso encubridor que incorporó (con los corrimientos semánticos tecnicistas correspondientes) algunas de las banderas tradicionales de la educación popular. Y que la lectora y el lector reparen en este modus operandi: discurso progresista e imposición neoliberal, porque pronto veremos que es la misma que utilizan los partidos de izquierda que acceden al poder.
Los cambios educativos responden siempre a las necesidades de los sistemas productivos. La reestructuración regresiva del sistema capitalista en clave neoliberal requiere de individuos psicológica y culturalmente preparados para: manejar rápidamente la información; resolver problemas planteados desde impulsos jerárquicos; funcionar en distintos lugares a requerimiento de la empresa; auto-explotarse y auto-producirse como mercancía deseable -en vistas a la alta competitividad generada por la mano de obra cesante-; tener una mirada realista y concreta sobre la realidad -los proyectos históricos han muerto, ahora se trata de producir mercancías y ganancias-; consumir acríticamente.
El salto del sistema educativo al sistema laboral no hace otra cosa que profundizar este modelo de subjetividad. El trabajo es un potente agente socializador, y en la época de la caída de los metarrelatos históricos modernos, la empresa se vuelve fuente de la nueva ética existencial. Los criterios de eficiencia y competitividad atraviesan el umbral de los locales comerciales e impregnan nuestra vida cotidiana. Vivir es una empresa y cada uno de nosotros es un proyecto productivo más o menos viable según armonice con las tendencias imperantes del mercado.
Los medios, el mensaje
Los mass media publicitaron, amplificaron, repitieron y en buena medida grabaron en nuestras mentes los slogans neoliberales: responsabilidad en el manejo de los equilibrios macroeconómicos, reducción del déficit fiscal, economía saneada, cuentas estatales equilibradas, apertura de mercados, competitividad, tecnología, inversión extranjera, inflación cero, austeridad. La lista es larga, pero baste esta breve muestra.
Absolutamente todos aquellos caballos de batalla del neoliberalismo son cuestionables por los resultados que, individual o conjuntamente, han provocado a los países que han llevado adelante las recetas neoliberales. La reducción de gastos del estado en economías donde el estado es el primer productor y comprador, no ha hecho otra cosa que bajar los niveles de ayuda a lo pobres -pues nunca se redujo sino que tendió a aumentar el gasto estatal en salvaguarda de los bancos fundidos o del bajo y artificioso precio del dólar-; la apertura de los mercados arrasó las industrias nacionales a duras penas erigidas en las décadas anteriores, sin darles tiempo a la reconversión; la búsqueda de la competitividad en realidad se basó en la reducción de los salarios y el aumento de las horas de trabajo; las nuevas tecnologías en producción y comunicación han sido importadas como paquetes cerrados sin adecuados procesos de internalización que atendieran a las características económicas y cult urales locales; la inversión extranjera ha sido principalmente especulativa u orientada hacia bienes de infraestructura ya construidos por el estado; en términos generales el efecto general de las medidas neoliberales ha sido la precarización del empleo, la primarización de la producción, el empobrecimiento general de la población, y más ampliamente: la profundización del subdesarrollo.
Y además de la divulgación explícita de los slogans neoliberales (y razonamientos tan razonables y mentirosos como los que comienzan con cualquiera de las palabras y frases que usamos en la lista del párrafo bajo el subtítulo y terminan con "... generarán empleo y bienestar") los medios masivos de comunicación se encargaron de profundizar su tarea de hace décadas: adscribir a las poblaciones al modo de consumo usamericano, con la consiguiente propagación de valores de vida consumistas y egoístas, a través de la publicidad y del entretenimiento (que tanto en el género entretenimiento como en el cinematográfico tendieron a confundirse con la publicidad de modo más o menos tangible).
Sentido común
En nuestra vida ordinaria necesitamos de un conjunto medianamente estable de orientaciones de valor, conocimientos y sentimientos comunes. Sin esta comunidad de pautas simbólicas no podríamos con-vivir, pues no nos entenderíamos. O en todo caso sería agotador intentar entendernos, pues a cada paso pondríamos en cuestión cada interpretación, cada mirada, cada gesto, cada apreciación de la realidad. El sentido común de las comunidades se convierte en una serie de pautas simbólicas habitualmente incuestionadas (a pesar de su carácter arbitrario, pues bien podrían ser otras), por una necesidad psíquica individual de estabilidad y una necesidad social de regularidad y armonización de las interacciones individuales. En otros términos: la construcción del sentido común es una necesidad y una operación de integración de los sistemas psíquicos y sociales. Este es un viejo tópico sociológico, pero lo que es más importante es un -ya- viejo objeto de intervención política. Si pensamos qu e la política es la guerra por otros medios, diremos que el sentido común es un objetivo militar privilegiado en las batallas por el gobierno. Los discursos políticos más efectivos no son necesariamente los más coherentes internamente ni los mejor respaldados científicamente, sino los que mejor dialogan con el sentido común -y con ello logran acceder a la sensibilidad de las poblaciones-.
Las décadas de neoliberalismo en nuestra región no pasaron en vano: lograron imponer un nuevo sentido común. Los panfletos neoliberales impregnaron nuestra percepción del funcionamiento del estado y la economía, a tal punto que el ascenso al gobierno de partidos de izquierda que llevan adelante políticas estrictamente neoliberales provocan un interesante efecto: la alevosía de la diferencia entre los programas partidarios y las medidas concretas no se salda en la mayoría de los casos con un sentimiento de traición sino que se cierra favorablemente por la lógica del sentido común.
Ética y política
Tradicionalmente los partidos políticos de derecha (en el Uruguay: Blanco o Nacional y Colorado) hicieron campañas que incorporaban las reivindicaciones inmediatas de las comunidades: trabajo, vivienda, educación, salud, etc. Tras muchas decepciones, comenzaron a elaborar unos logismos que asociaban la satisfacción de esas demandas a los logros macroeconómicos (revea el lector si gusta la lista de términos y frases neoliberales). Esto, sumado a las siempre presentes catástrofes ocasionales (caída de economías vecinas, fiebre aftoso en el ganado, caída de precios internacionales de materias primas, etc.) daba cierto margen de justificación de los ineludibles "fracasos" (en términos de las intenciones aparentes de satisfacer las necesidades mencionadas). Pero el triunfo del Frente Amplio en Uruguay, y de las izquierdas del Cono Sur en general -emblemáticamente la del PT en Brasil- abre una fisura ética difícilmente sellable. Esto porque precisamente la acción de campaña se basó , en el plano discursivo, en la denuncia de la flasedad de las relaciones entre el despliegue de las políticas económicas neoliberales y la satisfacción de las necesidades básicas de la población, afirmando incluso la relación inversamente proporcional entre el despliegue de tales políticas y la satisfacción de las necesidades mencionadas. El analista de las campañas de las izquierdas podía notar, sin embargo, la incorporación al discurso de la retórica de la "responsabilidad de gobierno", según la cual los nuevos gobiernos no debían emprender reformas radicales y abruptas sino graduales y progresivas, preservando incluso los "logros" de los gobiernos anteriores.
Una vez en el gobierno comienzan las decisiones ortodoxas en economía. Se genera, a la interna de los aparatos partidarios, un relato justificatorio: "hay que esperar más tiempo" hasta que el gobierno se consolide en el poder. Sin embargo, las decisiones que se toman son de largo aliento (presupuesto quinquenal, por ejemplo), y en algunos casos son ruidosamente contradictorias con el programa partidario y se afilian claramente al neoliberalismo: tarifazos, atraso fiscal, incumplimiento del plebiscito para la nacionalización de la explotación del agua, apoyo a inversiones extranjeras contaminantes y depredadoras económicamente, firma de acuerdo de "protección de inversiones" -asimétrico en los hechos- con EE.UU., reducción de los salarios reales.
Se toman medidas "reponsables" dentro del sentido común impuesto por el neoliberalismo. Se hace daño profundo a la democracia al contradecir la voluntad electoral de las mayorías que, sin embargo, ante la confusión, encuentran dificultades para definir claramente la nueva situación política. Ello porque el sentido común neoliberal les lleva a interpretarlas como actos coherentes y legítimos. La sensación de que las condiciones internacionales obligan a tomar dichas medidas, incluso en los detalles de las mismas, refuerzan esta sensación de fatalidad.
La derrota parece ser el signo imperante en la realidad política actual. La derrota parece ser el destino ineludible de los trabajadores y desempleados. Al margen de la ética, las izquierdas del Cono Sur apelan a la seducción del marketing político, a la activación de viejas esperanzas -que sistemáticamente se tirarán por la borda en aras de la "responsabilidad de gobierno"-, a la inercia resignada de las comunidades frente al fatalismo neoliberal que pretende identificarse con la pretendida "cultura de gobierno".
Por momentos estamos al borde de una sonrisa paretiana: la emergencia de una "elite" de la masa, con las banderas de las necesidades y deseos populares, logra desplazar parcialmente a la vieja "elite" oligárquica y patricia -más claramente asociada a los grandes capitales-, y una vez en el poder, se aplica con esmero a consolidar el sistema de dominación, dejando de lado una vez más a la "masa", porque los discursos izquierdistas eran meras "derivaciones" de sus verdaderos "impulsos", o sea del deseo de poder. Y si ahogamos el sarcasmo es por el sentido respeto a tantos compañeros y compañeras que dieron su vida por ver el ascenso de un gobierno popular que no hiciera otra cosa que cumplir a rajatabla con el mandato programático y popular.
Mientras concluyo este texto escucho noticias alentadoras, sin embargo. Porque los conflictos por el medio ambiente (contra la institución del Cono Sur como zona de monocultivos forestales y producción de celulosa, con la consiguiente depredación ambiental), los conflictos laborales y por los Derechos Humanos, están llevando a una reorganización de los movimientos sociales. Movimientos que tienen por lo menos una doble y difícil tarea: superar las ataduras de los aparatos partidarios de izquierdas que buscan adscribirlos al sistema de dominación y a la estrategia del gobierno, y superar el sentido común neoliberal rompiendo la barrera de la fatalidad y la inercia, permitiendo ver -a quien quiera- que, a pesar de todo el vasallaje mediático por el poder, el rey está desnudo, y que los cambios no vendrán por la pura representación de nuestros intereses a través del sistema político en el sentido estricto, sino principalmente a través de nuestra acción directa sobre la realidad.
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